Hija de los Venerables Dao y Diablo

Capítulo 32- ¿A quién amas más?

Lu Yaoyao estaba desconsolado. Era una hermosa cachorrita, y las formas humanas de papá y papá también eran muy hermosas. Entonces, ¿por qué sus formas originales eran tan feas?

Olvídalo. Como hija, no debería disgustarle la fealdad de sus padres. Después de todo, eran feos juntos.

Lu Yaoyao tristemente se preparó para aceptar este trágico hecho.

"Tu papá está diciendo tonterías". Yao Jiuxiao dijo: "Yaoyao no es feo".

Lu Yaoyao de repente levantó la cabeza. Sus espesas pestañas se agitaron mientras preguntaba, llena de expectación: “¿Soy una pequeña piedra bonita y brillante? ¿Brillo con los colores del arco iris? "

Al ver la pausa sospechosamente larga de Yao Jiuxiao, los ojos de Lu Yaoyao se humedecieron de nuevo. ¿Resultó que eran tan feos que papá ni siquiera podía mentir para consolarla?

Frente a las lágrimas de su hija, Yao Jiuxiao finalmente dijo: "Sí".

Lu Yaoyao se echó a reír. ¡Ella lo sabía! ¡Papá le mintió!

Tanto papá como papá eran tan hermosos en sus formas humanas. ¿Cómo podrían sus formas originales ser una piedra fea?

"¿Cómo puedo transformarme en una piedra preciosa?" Lu Yaoyao saltó emocionado.

La voz de Yao Jiuxiao era suave, "El demonio que ha usado la hierba de transformación no puede volver a su forma original por un tiempo, y solo puede moverse en forma humana".

Lu Yaoyao recordó lo que la tía Tao les había dicho a sus padres poco después de que ella acabara de nacer. De hecho, parecía ser el caso.

Lu Yaoyao estaba decepcionado. Parecía que no podía transformarse por el momento.

"Entonces, ¿cuándo puedo transformarme?"

"Después de que crezcas".

"¿Cuándo creceré?"

"Pronto."

"¿Cuánto tiempo es pronto?"

"Padre, ¿puedes mostrarme tu forma original?"

"..."

La curiosidad de Lu Yaoyao finalmente se satisfizo, y pronto sintió sueño. Su cabecita comenzó a cabecear. Hoy, había jugado durante mucho tiempo y estaba muy cansada. Yao Jiuxiao tomó a Lu Yaoyao en sus brazos y le dio unas suaves palmaditas en la espalda. Muy pronto, cayó en un sueño profundo.

Lu Yaoyao se recostó en silencio en el sofá. Sus grandes ojos estaban cerrados, su pequeña boca roja hizo un leve puchero y su regordete rostro enrojeció. Cuando dormía así, se veía muy linda y se portaba bien.

La niña parecía tener un buen sueño y se reía feliz de vez en cuando.

Yao Jiuxiao se paró frente al sofá. Con su dedo índice derecho y el dedo medio muy juntos, tocó suavemente el área justo entre las cejas de Lu Yaoyao. Un rastro azul de aura espiritual salió de los dedos y entró en la frente de Lu Yaoyao.

Después de un tiempo, Yao Jiuxiao retiró su mano.

Lu Qingyu comentó tranquilamente: "De hecho, es hora de enseñarle al niño cómo usar el aura espiritual".

Su princesita, naturalmente, debería ser la mejor. Incluso cuando juega, debe estar por encima de los demás. Hoy, si él y Yao Jiuxiao no lo hubieran seguido en secreto, ¿no lloraría la niña porque no podía seguir el juego?

Gracias a su físico, el cuerpo de la niña contenía aura espiritual y diabólica. Sin embargo, su aura diabólica estaba oculta en el momento actual, y solo se mostraba el aura espiritual.