Padres - Bajifuyu

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Los gritos del menor resonaban por toda la habitación. Alguien se había comportado mal y eso le había enfadado, y demasiado. Seguidamente se escucharon varios objetos caer. Mejor dicho, alguien se estaba comportando mal en ese instante.

La escena era graciosa, Peke J huyendo de su dueño mientras se subía a todos los lugares posibles. ¿Cómo se suponía Chifuyu que iba a llegar a cogerlo si éste se encontraba encima de la nevera? Era alto, pero no tanto. Su brazo no alcanzaba el final, lugar donde se encontraba el travieso felino de pelaje negro.

Chifuyu tras unos cuantos intentos dando leves saltitos, chasqueó la lengua, molesto. Llevaban así casi media hora y sí seguían así llegarían a más. A veces odiaba tener hijos.

Porque sí, aunque no fuera genético veía a su gato, Peke J, como su propio hijo. Tras adoptarlo supo que jamás iba a tener un hijo humano. Ya le bastaba con su felino de orejas puntiagudas, mirada penetrante y brillantes colmillos. Ahora que lo pensaba, se parecía bastante a su amigo.

Repentinamente sintió pena por su madre, ¿él de pequeño también fue tan irritante? No se estaba comparando con un gato, claro que no, era su madre la que, sin embargo, lo hacía.

¿Acaso el rubio tenía cara de gato? Porque él no se la veía en el espejo. Su madre al escuchar aquello solo le había dicho "cuando tengas hijos lo entenderás" y vamos que si entendía. Quería mucho a Peke J pero, ¡acababa de destrozar su manga favorito, y aún sabiendo que lo había hecho mal estaba huyendo de él!

No iba a perdonar a su gato, sin duda no lo haría. Bueno, para que mentir, al final lo acabaría haciendo. Cuando el felino quería podía ser relativamente tierno con esos ojitos de no haber roto ningún plato en su vida.

Hablando de platos, el suelo de la cocina estaba lleno de platos rotos. Sin duda él y Peke J la iban a tener. Encima, su madre le echaría la culpa de todo, al fin y al cabo el gato era suyo por lo que su responsabilidad también era suya.

Soltó un leve suspiro pesado, mientras pasaba su mano por su propia frente para así quitarse el sudor que había. ¿Hacia mucha calor o era él? Claro que hacía la calor. Estaban en pleno verano y había corrido durante media hora por toda la casa, persiguiendo al escurridizo gato.

De forma repentina escuchó la puerta ser tocada, por lo que maldijo al felino nuevamente en silencio. Estaba sólo en casa y si iba a abrir Peke J podría escaparse pero, ¿y si era mamá? Era una posibilidad que se le hubieran olvidado las llaves o haberlas perdido.

Pensó que sería mejor abrir, al fin y al cabo si era su madre sería castigado igualmente, fuera cuál fuera el motivo. Se dirigió a la puerta en silencio, notando al minino atrás suya recorriendo la casa, pero lo ignoró. Sin mirar si quiera quién era solamente abrió, encontrándose así a su mejor amigo Keisuke Baji junto una bolsa del Mercadona.

-¿Qué haces aquí?-Preguntó extrañado el rubio. El mayor solamente alzó una ceja como si no se pudiera creer que le estuvieran preguntando aquello. Baji al notar que no lo recordaba comenzaría a hablar.

-Habíamos quedado, ¿recuerdas? Traje Yakisoba, vamos-Exclamó animadamente con una sonrisa, enseñando sus colmillos mientras agarraba la mano de Chifuyu. A su vez el rostro del ultimo mencionado estaba rojo de la vergüenza. Se le había olvidado su quedada con Baji, y lo peor era que tampoco la recordaba ahora.

Seguidamente fueron directos a la cocina, encontrándose allí mismo a Peke J el cual al ver a su dueño huyó hacia el salón. El rubio solamente soltó un pequeño suspiro.

-¿Es en serio? Agh. La cocina está llena de platos que tiró Peke J, mejor vayamos a mi habitación, luego podremos comer-Agarró mejor la mano del contrario para seguidamente guiarlo hasta su habitación, lugar donde estaba el gato del dueño tumbado en la cama como si nada-¡Peke J, ven aquí!-Por instinto, soltó la mano de Baji y fue directo a por el minino de pelaje negro, el cual al verlo se levantó y salió corriendo de la habitación. El azabache juró ver en la boca del animal una especie de sobre, mas no mencionó nada al respecto-¡Agh! ¡Hijo malo!-Gritó frustrado.