Earth mordió su labio inferior, mirando por la ventana de la cafetería. Debajo de la mesa, su pierna rebotaba incesantemente como manifiesto del nerviosismo que sentía. El sudor, frío, empapaba sus manos, por lo cual no dejaba de tallárselas contra la tela de sus jeans.
¿Por qué decir la verdad se siente así de dificil?
Resopló entre dientes, rodando los ojos. Decir la verdad siempre era sencillo, pero no cuando tu verdad es muy diferente a la verdad de todos. Eso siempre había sido un problema para Earth, incluso desde niño. Porque,!hey! ¿Quién quiere ser amigo del niño que le gusta gruñir y aullar, o comer su carne un poco más sangrienta que lo usual? ¿Quién quiere ser amigo del niño que dice ser un hombre lobo?
Sus padres siempre se lo advirtieron, que no fuera tan amistoso, que no confesara su naturaleza licántropa. Y a pesar de decir que sí al momento, agitando su cabeza dejando que sus oscuros cabellos se enredaran ante el movimiento, ¿qué tanto puede prometer un niño de seis años realmente?
Había aprendido por las malas, que decir que era un hombre lobo, era receta para el desastre. Tal vez de niño sólo conseguía que los niños con los que quería jugar salieran corriendo. Pero ahora... Era un poco más difícil, y aunque todavía era cálido con todos, y muy social, había una parte de él que no dejaba que nadie viera al no hablar jamás de su secreto.
El problema, sin embargo, es que realmente, le gusta Mixx.
Mixx, aquel rayito de luz, le había alterado de una manera muy diferente a lo que jamás había conocido en su vida. Se sentía agitado, desesperado, casi como un...Lunático. Por primera vez había entendido su significado, y la advertencia de sentirse así, que todos los adultos de su manada le habían dado cuando había sido chico, cobraba sentido. Los lobos que se perdian ante la luz de la luna, no regresaban jamás a su forma humana. Y sin embargo, Earth había sentido todo lo contrario. Había olvidado que se encontraba asesorando a su "adoptado", aquel compañero de algún año inferior que todos debían de tener al entrar al tercer año de la carrera. Sólo quería saber quién era aquel chico que se veía como la luna.
No, no sólo como la luna. Mixx es el cielo
entero. La luna, el sol, e incluso las estrellas colocadas en su inocente mirada.Su lengua se entorpeció aquella vez, y si no hubiese sido por Mike, quien los presentó, probablemente jamás se hubiese enterado ni de su nombre. Mixx, mejor amigo de Mike, a quien visitaba constantemente. Mixx, estudiante de danza, y con cierto gusto por agregar toques de taekwondo en sus coreografías. Mixx, la vitamina que todo mundo necesita para conseguir energías y seguir adelante. Ese Mixx, con un acento muy marcado y que le causaba una calidez familiar a Earth, le habia sonreído de la manera más brillante, que probablemente en ese segundo fue cuando terminó de caer ante aquel hechizo lunar que el chico llevaba en sus ojos.
Le había tomado todo el valor del mundo, y definitivamente varios intentos, el poder iniciar una conversación decente con Mixx sin que hubiese terceros presentes. Llegar a considerarse su amigo, por otro lado, fue como deslizarse en una bonita mañana de otoño, y sin darse cuenta, pasaban la mayor parte del tiempo juntos. Mixx le seguía, a donde fuera, encontrando ese recuerdo de hogar en Earth. Y es que, que ambos fueran de Chiang Mai , y hubiesen decidido estudiar en Bangkok, era más que una feliz y bonita coincidencia.
Al final Earth había tomado la última píldora de confianza que tenía, y le había pedido una cita. Nunca creyó ver mas bonita la enorme sonrisa que Mixx le regaló esa vez. Sus ojos totalmente
en medias lunas, su nariz ligeramente arrugada ante la mueca, y los saltitos de alegría que daba, como confirmación de su emoción. Esa cita había sido fantástica, yendo a un arcade, comiendo pizza y disfrutando de una sencilla tarde libre. Así había llegado una segunda cita, y luego otra.
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MOONSTRUCK - EarthMixx
FanfictionEarth mordió su labio inferior, mirando por la ventana de la cafetería. Debajo de la mesa, su pierna rebotaba incesantemente como manifiesto del nerviosismo que sentía. El sudor, frío, empapaba sus manos, por lo cual no dejaba de tallárselas contra...