|Capítulo 15|

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Lea

-¿Por qué esa reacción?- pregunté desconcertada.

-Dante, Lucca y Bruno, multimillonarios a más no poder. Cuando te pedí que vayas a hacerle la cirugía a la madre de ellos, no te dije quiénes eran porque pensé que ya los conocías, todos los conocen. Manejan empresas de construcción y empresas comerciales- terminó de hablar mientras manejaba y yo abrí los ojos de par en par.

-Dios...- susurré mientras me recostaba en el asiento.

-¿Acaso no los conocías? Están en todas las redes sociales y revistas del mundo, imposible que no los conozcas- dijo mientras doblaba hacia la izquierda.

-No soy como tú, Emma. Yo no me paso todo el día leyendo esas tontas revistas y menos en las redes sociales- bufé a la vez que rodaba los ojos.

-Deberías de leerlas. Te pasas todo el día en el hospital-

-Él jefe me dejó tomarme estos días de licencia más las otras dos semanas- 

-Eso es genial, supongo que tu suplente se encargará de cubrirte- dijo mientras estacionaba el auto frente a mi casa pero aún sin apagar el motor ya que ella se tenía que ir

-Así es- le sonreí sin mostrar los dientes- Muchas gracias por traerme, Emma- agradecí mientras me sentaba correctamente en el asiento.

-No es nada- sonrió y luego se acercó para abrazarme.

-Gracias, te quiero- sonreí.

-Te quiero más- sonrió. Agarré mis cosas para luego bajarme del auto. Cerré la puerta detrás de mí y ella tocó bocina para luego marcharse. Suspiré y me dirigí a mi casa, abrí la puerta con las llaves y fruncí el ceño al ver algunas luces prendidas.

Confundida cerré la puerta detrás de mí y al voltearme jadeé de la sorpresa y del susto.

-¿Qué carajos hacen aquí y cómo entraron?- dije con una mano en mi pecho, sintiendo mi corazón latir con mucha fuerza. Ellos no respondieron, solo me miraron de pies a cabeza, sin mostrar ningún rastro de emoción en su rostro- Hice una pregunta, respondan.

-¿De dónde vienes?- el primero en hablar fue Dante. Sus músculos estaban tensos y su mandíbula apretada.

-No les importa- pasé por su lado y dejé mis cosas encima del sofá. Sentí como me jalaban del brazo y luego como mi pecho se estampaba contra el de Lucca.

-Claro que nos importa, muñeca. Cuando te dejamos en el hospital habíamos quedado en que nosotros te iríamos a buscar. Llegamos puntuales y tú no estabas, ¿de dónde vienes? Son las diez y media de la noche y hoy salías a las nueve- dijo muy cerca de mi rostro.

-Dije que no les importa- me solté bruscamente de su agarre- Aquí las que hace las preguntas soy yo, ¿cómo es posible qué hayan entrado si yo cerré la puerta con llave y las ventanas con seguro?- fruncí el ceño- No sé quién mierda se creen que son pero no van a irrumpir en mi casa así como así, no se los voy a permitir- dije enojada.

-No sabes cuánto me pone que te enojes, te ves jodidamente sexy- dijo Bruno con sus manos en sus bolsillos mientras se mordía el labio inferior. Lo miré con los ojos de par en par y rápidamente el color carmesí se hizo presente en mis mejillas debido a la vergüenza.

Sus palabras tuvieron gran efecto en mí ya que los cabellos de mi nuca se erizaron, un nudo se formó en mi garganta y en mi estómago sentí un pequeño revoltijo.

-Tenemos nuestros contactos- la voz de Dante se hizo presente, sacándome de mis pensamientos- Esta vez no necesitamos de ellos ya que no cerraste muy bien la puerta- mientras hablaba se iba acercando y mientras tanto yo iba retrocediendo.

Lea [SUSPENDIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora