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Lea
-¿Por qué esa reacción?- pregunté desconcertada.
-Dante, Lucca y Bruno, multimillonarios a más no poder. Cuando te pedí que vayas a hacerle la cirugía a la madre de ellos, no te dije quiénes eran porque pensé que ya los conocías, todos los conocen. Manejan empresas de construcción y empresas comerciales- terminó de hablar mientras manejaba y yo abrí los ojos de par en par.
-Dios...- susurré mientras me recostaba en el asiento.
-¿Acaso no los conocías? Están en todas las redes sociales y revistas del mundo, imposible que no los conozcas- dijo mientras doblaba hacia la izquierda.
-No soy como tú, Emma. Yo no me paso todo el día leyendo esas tontas revistas y menos en las redes sociales- bufé a la vez que rodaba los ojos.
-Deberías de leerlas. Te pasas todo el día en el hospital-
-Él jefe me dejó tomarme estos días de licencia más las otras dos semanas-
-Eso es genial, supongo que tu suplente se encargará de cubrirte- dijo mientras estacionaba el auto frente a mi casa pero aún sin apagar el motor ya que ella se tenía que ir
-Así es- le sonreí sin mostrar los dientes- Muchas gracias por traerme, Emma- agradecí mientras me sentaba correctamente en el asiento.
-No es nada- sonrió y luego se acercó para abrazarme.
-Gracias, te quiero- sonreí.
-Te quiero más- sonrió. Agarré mis cosas para luego bajarme del auto. Cerré la puerta detrás de mí y ella tocó bocina para luego marcharse. Suspiré y me dirigí a mi casa, abrí la puerta con las llaves y fruncí el ceño al ver algunas luces prendidas.
Confundida cerré la puerta detrás de mí y al voltearme jadeé de la sorpresa y del susto.
-¿Qué carajos hacen aquí y cómo entraron?- dije con una mano en mi pecho, sintiendo mi corazón latir con mucha fuerza. Ellos no respondieron, solo me miraron de pies a cabeza, sin mostrar ningún rastro de emoción en su rostro- Hice una pregunta, respondan.
-¿De dónde vienes?- el primero en hablar fue Dante. Sus músculos estaban tensos y su mandíbula apretada.
-No les importa- pasé por su lado y dejé mis cosas encima del sofá. Sentí como me jalaban del brazo y luego como mi pecho se estampaba contra el de Lucca.
-Claro que nos importa, muñeca. Cuando te dejamos en el hospital habíamos quedado en que nosotros te iríamos a buscar. Llegamos puntuales y tú no estabas, ¿de dónde vienes? Son las diez y media de la noche y hoy salías a las nueve- dijo muy cerca de mi rostro.
-Dije que no les importa- me solté bruscamente de su agarre- Aquí las que hace las preguntas soy yo, ¿cómo es posible qué hayan entrado si yo cerré la puerta con llave y las ventanas con seguro?- fruncí el ceño- No sé quién mierda se creen que son pero no van a irrumpir en mi casa así como así, no se los voy a permitir- dije enojada.
-No sabes cuánto me pone que te enojes, te ves jodidamente sexy- dijo Bruno con sus manos en sus bolsillos mientras se mordía el labio inferior. Lo miré con los ojos de par en par y rápidamente el color carmesí se hizo presente en mis mejillas debido a la vergüenza.
Sus palabras tuvieron gran efecto en mí ya que los cabellos de mi nuca se erizaron, un nudo se formó en mi garganta y en mi estómago sentí un pequeño revoltijo.
-Tenemos nuestros contactos- la voz de Dante se hizo presente, sacándome de mis pensamientos- Esta vez no necesitamos de ellos ya que no cerraste muy bien la puerta- mientras hablaba se iba acercando y mientras tanto yo iba retrocediendo.
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Lea [SUSPENDIDA]
RomanceLea es una doctora de veinticuatro años. Es una chica que no cree en el amor ya que siempre tuvo malas experiencias en todas sus relaciones, pero hubo una que la marcó profundamente. Los D'Angelo al verla supieron que ella sería su mujer. Están disp...