ーSomithe.

15

Zach

-¿Al menos puedes prometerme una cosa?-Sabrina parecía bastante preocupada desde que le conté lo del fallo.

-Claro, dime.

-Sé que no eres tonto, sé que sabrás ver cuando es muy peligroso para ti. Júrame que en cuanto veas esto que te digo, dejarás de usar el casco.

A saber qué bicho le habría picado a Sabrina para sacarse esas paranoias.

-No lo sé.-intenté no tener que jurarlo.-Tu tranquila, estaré bien.

-Joder, Zach.

Y colgó. Nunca éramos de enfadarnos o discutir. Si algo nos molestaba del otro teníamos la capacidad de hablarlo tranquilamente.
¿Tanto le molestó que no pudiera jurarlo?

Mi madre entró al cuarto.

-¿Todo bien?-pese a que no mostrara ningún signo de que estaba preocupado, mi madre se dio cuenta.

-Nada, he discutido con Sabrina. Pero ya lo arreglaremos.

-Me alegro.-me dio un beso en la frente.-Cualquier cosa, cuenta conmigo. Me voy a descansar antes de ir al trabajo, te quiero.

-Te quiero mamá.

Cerró la puerta y yo cerré el pestillo. Saqué el casco de la caja, que lo escondí debajo de la cama.

-Pues nada.-me dije a mi mismo antes de dormirme.-A ver qué pasa esta vez.

No supe calcular cuántos segundos pasaron, pero en breves volví a encontrarme con el mismo paisaje que la última noche. ¿Significaría eso que me encontraría con Wendy?

Esta vez me encontraba en un islote más grande. Una cascada desembocaba en él y creaba un lago bastante grande. Obviamente, decidí meterme.
El agua era cristalina, parecía irreal lo limpia que estaba. A mis pies pasaban peces de unos colores extravagantes que creo no haber visto nunca.
El agua acariciaba la piel de mi cara. Pese a que fuera un sueño, fue de las cosas que más he sentido en mi vida.

-Hola, Zach.

Wendy estaba sentada en una roca, detrás mío.