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ᴄᴏᴍᴇ ʙᴀᴄᴋ ᴘʟᴇᴀꜱᴇ °•∴▬▬▬▬□◈□▬▬▬▬∴•°
¿Por qué lo hiciste?, bueno esa pregunta suena demasiado estúpida cuando yo ya estaba consciente de que algo te ocurría y decidí quedarme callado, no me veía con el derecho de decirte eso.
Siempre eras tú quien intentaba darle un razón para vivir a alguien como yo, a un indignó de ser humano, y se que incluso aunque lo intentara nada podría ayudar, un hombre que desea tanto la muerte intentando que otro hombre no la deseara no sonaba muy lógico ¿Verdad?, aún así, algo muy dentro de mi deseaba que volvieras a ser el mismo de antes, que volvieras a tener esa confianza y amor tan a la vida y a la gente, algo lo cuál yo te arrebate.
Eso me hacía sentir muy mal si te soy sincero, Kyoka-chan me contaba como apenas y comías la mitad de tú plato mientras decías que te habías llenado para después ofrecerle la comida a ella, algo muy irrespetuoso de tú parte según los demás.
Me preguntó constantemente que hubiera pasado yo hubiera sido hipócrita como gran parte de mi vida lo e sido pero está vez para poder hacer que tú regresarás, soy un imbécil y estoy consciente de eso Atsushi-kun.
Toda mi vida me e sentido como alguien completamente indigno al humano, alguien que jamás logro entender los sentimientos de las personas, el cuál desde que era un niño nunca logro sentir aquella felicidad tan profunda o esa tristeza que te hace caer tan bajo.
Solo pude llegar a sentir ese extraño sentimiento de amistad con dos hombres de edad mayor a mi, pero tal y como lo conseguí se desvaneció como agua entre mis manos dejándome completamente solo de nuevo, sin nada ni nadie, solo yo y mi soledad.
Siempre busque emociones fuertes, algo que logrará hacerme sentir un poco humano esa fue la primera razón por la que me uní a la Port Mafia, buscando ese algo que me ayudara a sentirme de aquella forma.
Pero solo tú fuiste el único que logró que logrará sentirme más cerca de aquello, seguía deseando la muerte pero al mismo tiempo deseaba vivir para verte sonreír frente a mi o regañarme por hacer enojar a Kunikida-kun, el que tan solo estuvieras presente me llenaba de una extraña forma de sentirme.
Pero decidí callar.
Hacer eso es algo de lo cuál me sigo arrepintiendo, pero aún así ¿Acaso decirlo hubiera cambiando algo? La verdad eso es algo que ya no puedo intentar confirmar.
Yo me encontraba en la agencia con los demás, ese día tú actitud era más calmada como si todas tus preocupaciones se hubieran desvanecido en el momento el cuál tus ojos se abrieron, pero apesar de que incluso te veías bien, yo seguía sintiendo que algo estaba pasando en ti, al parecer no fui el único el cuál estaba consciente de eso, pues incluso Ranpo-san comenzó a actuar más amable contigo.
Llegó el medió día y con ello la hora del almuerzo, fuiste el primero en levantarse para salir.
—Me voy, hoy no comeré en la cafetería— Fue la última frase que escuche de ti.
