Capitulo 1

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|¿Un romance? No|

[Alicia Wagner]

Por fin habían llegado las vacaciones. Mentiría si digo que estoy emocionada, acepto que ya quería acabar el instituto para así ya no tener que estar haciendo tareas, pero sin embargo a veces era un poco monótono salir de vacaciones.  

Cada vez que tenía esté tiempo libre viajaba desde Salzburgo, lugar donde se encuentra mi hogar, hacía Toronto. Ahí, cada verano era costumbre ayudar en la gran biblioteca que había dejado mi abuelo antes de fallecer. Él nos contaba que desde pequeño era muy aficionado por la lectura, le fascinaba leer cada historia nueva y navegar por nuevos mundos y situaciones distintas, a veces sus otros nietos, es decir, mis primos Sharon, Gless, William y Fernando, los cuales vivían en Venecia, Wels y Nancy, no le tomaban mucha atención, sin embargo a mi me encantaba escucharlo hablar de ello. Desde ese entonces mi afición por los libros, no hizo nada más que ir creciendo más y más a medida que transcurrían los años.

La biblioteca que él tenía, era un lugar muy bonito, mágico, lleno de libros. Cuando iba a trabajar a Toronto, no ganaba mucho que digamos, pero el dinero que lograba conseguir lo utilizaba para donarlo a orfanatos y asilos que se encontraban en la ciudad. 

Se suponía que en estos momentos debería de estar arreglando mis maletas, ya que el vuelo para Toronto salía mañana, pero no. Ahora mismo estoy en mi cuarto viendo la luna, no sabía que hoy habría eclipse. Siempre he amado la luna. Mi abuelo siempre que venía a visitarnos mirábamos juntos la luna, él decía que cuando él muriera, siempre estaría conmigo a través de ella, siempre que yo mirara la luna, él estaría ahí, para mí. 

Estaba tan hundida en mis pensamientos que no me di cuenta que mi padre  entró a mi habitación.

-Ali, espero que ya tengas listas tus maletas, hija.- Dice él mientras se acerca hasta mi sofá en el cual yo estaba sentada.

Giro hacia donde proviene su voz y lo observo detenidamente.

-Papá, eso se hace rápido, no ocupo mucho tiempo.- Digo con una sonrisa.

Él ríe.

-Alicia, ¿te recuerdo lo que pasó la última vez que dijiste eso?- Rodee los ojos, sabía perfectamente a lo que se refería.- Perdiste el vuelo, tuvimos que posponerlo.

Era cierto, las vacaciones pasadas había sucedido un pequeño incidente. Digamos que el tiempo se puso a mi contra y decidió ir más rápido, por lo cual me demoré más haciendo mi equipaje. Ese día perdí el vuelo, y tuve que esperarme 4 días más para poder viajar a Toronto ya que no había vuelos para allá.

-Papá, sabes que fue un pequeño accidente, además, yo no contaba con que ese día el tiempo pasara tan rápido.- Suelta una carcajada provocando que yo también me burle.

-Ay, hija. Mejor deja de inventar excusas y párate a acomodar tus cosas, salimos mañana en la mañanita.- Dice él mientras se dirige a la salida de mi habitación.

-¿Y cómo a que hora sería "mañana en la mañanita"?- Pregunto con cierto miedo, no quería madrugar.

-A las cuatro de la mañana, así que haz las cosas rápido para que descanses.- Dice esto mientras me dedica una sonrisa, justo antes de salir de mi habitación y cerrando la puerta detrás de él. Dando así por terminada nuestra conversación. 

Honestamente adoraba la relación que teníamos de padre e hija. Lastimosamente mi madre había fallecido ya hace años, cuando yo tenía apenas 5 años, por lo cual solo tengo uno que otro recuerdo borroso con ella, y eso a veces me entristece. Desde entonces, mi padre Eleazar y yo somos como uña y mugre. Claramente yo era la mugre, ¿razón? No me gustaba mucho bañarme. 

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