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Ya llegará ese amor bonito que tanto anhelas”

(…)

 

Observó la caja ridículamente reluciente frente a él, recibía una como esas al menos cada dos meses, nunca sabía de donde o cuando llegaba, lo único que sabía era que un 14 cada dos meses la caja estaba frente a su puerta.

Con un suspiro procedió abrirla, ignorando la pequeña tarjetita en forma de corazón que venía unida al ridículo moño rosa chillón, que no dudó dos veces en tirar al cesto de la basura, una vez arrojado todo lo inútil a su cesto observó el contenido de la caja.

Al igual que cada dos meses dentro había diez flechas de al menos una cuarta, cinco eran doradas y cinco eran negras, junto a las flechas encontró un frasco con pastillas blancas en forma de corazón, las cuales no dudó en meter en el bolsillo de su pantalón, y finalmente el librito donde tenía que apuntar la información de las pobres almas a las que disparaba y condenaba aquel nefasto destino.

Observó las flechas y cogió dos doradas y una negra en caso de algún error.

Ese día despertó con una sensación algo diferente, ese día en especial se sentía feliz, emocionada, y quizás se debía al hecho de que por primera vez después de diez años estaba de vuelta en su hogar, con su familia.

Al abrir los ojos se encontró con el techo blanco de su habitación, pequeñas estrellas doradas lo decoraban. Sonrió, aún recordaba la vez que las puso junto a su primo.

Rodó en su cama y vio el uniforme de su nueva escuela pulcramente planchado y acomodado en su mesita, y volvió a sonreír con emoción y nerviosismo.

Le esperaba una nueva vida, no más escuelas privadas, no más profesores privados, no más silencio ni soledad, esos días finalmente habían acabado.

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⏰ Última actualización: Oct 07, 2021 ⏰

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