Capitulo 1: La casa de mi madre

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Los recuerdos de mi infancia no son nada gratos, no fui una niña como cualquier otra, nunca tuve una vida color de rosa que me hiciera sentir alegre, amada o esperada; era todo lo contrario, no sabia que hacia en este mundo si no tenia lo basico para ser feliz.

Desde que tenia 7 años, recuerdo que todos los días me gustaba salir al parque; la naturaleza me hacia sentir tranquila, como si nada en mi alrededor fuera una mierda. A veces, los niños a esa edad llegan a ser crueles con los otros por no ser semenjantes a ellos, asi que me rechazaban llamándome "rara" o solo me ignoraban como si no existiera.


Todos los días recibía los mismos insultos y nadie estaba ahí para consolarme. El rechazo se volvió parte de mi existencia; me sentía como si fuera una plaga mortal, una plaga que merecia todo el rechazo de los que la rodeaban por ser como era.

Pero no todo era malo, cuando llegaba a casa despues del parque o la escuela me sentia tan feliz por ver a mi hermano mayor; un niño que se encargo de otra niña más pequeña. Él para mi era mi única salvación, mi universo completo, mi único amigo, el que me cuidaba a pesar de todo lo que siempre nos rodeo, el que me escuchaba cada vez que lo necesitaba, él era mi unica felicidad en este mundo retorcido, pero...

...eso fue antes de que muriera

La muerte de mi hermano marcó mi destino con gran fuerza, fue un antes y un después en mi vida porque me quede completamente sola, sin madre, sin padre y sin mi adorado hermano. De la noche a la mañana me di cuenta que ya no tenía nada, solo a mi, así que debía salir adelante sola, pero...

¿Cómo una niña de 16 años puede salir adelante sola?



...

Han pasado 10 años desde la muerte de Javier y aún me siento como el primer día después de que muriera.

En este preciso momento estoy sentada en la sala de la casa que nos dejó mi madre, herencia después de su muerte. Tengo las luces apagadas porque no quiero ver todo el desastre de la cena con mi jefe, sabía que debía limpiar todo y eso era lo que más me fastidiaba, pero sentía una enorme satisfacción de los resultados de dicha cena.

La relación con el bastardo de mi jefe fue complicada, día con día intentaba sacar algo de mi además del trabajo, intentaba convencerme que era hermosa, que mi cara era angelical y mi cuerpo estaba tallado por las diosas del olimpo...

¡ja, maldito mentiroso!


Ese hombre no tenía vergüenza; todos los días me acosaba, al principio me llamaba para que fuera a su oficina y buscaba cualquier pretexto para tocarme las piernas o la cintura, después intento besame a la fuerza en varias ocaciones y una noche antes de irnos a casa me llamo con el pretexto de un mal papeleo, ese día recuerdo que cerró la puerta con seguro y me hizo lo que él tanto deseaba mientras que a mi me daba tanto asco; cuando terminó me dijo que me daria unos días de vacaciones, que no había problema. Me sentí sucia, no quería volver a ese lugar, pero me di cuenta que debía hacerlo, que solo yo podía castigar a un hijo de perra como ése, a mi manera.

Las cosas volvieron a la normalidad para él, para mí sólo eran días contados. Él me buscaba para que se repitiera lo de aquella noche y yo me negaba, sabía que aún no era el momento de su castigo, sabía que aún no estaba lista, pero eso fue hasta el día de hoy.

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⏰ Última actualización: May 02, 2023 ⏰

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