Día 04: Blindfolded(James C. Potter)

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Blindfolded, traducido del inglés como "con los ojos vendados", es una práctica que se manifiesta por la inhibición de la vista de uno o ambos involucrados, haciendo uso de una venda u otro para mantener relaciones sexuales.


Si había algo que adoraba James Charlus Potter además de jugar Quidditch y ganar todos los partidos de su casa para obtener la copa al final del ciclo escolar, eso tal vez era su ardiente novia.

Por eso, cuando susurraste a su oído tenerle una sorpresa especial para esa tarde, tras la celebración tradicional de los Gryffindor, no pudo evitar ensanchar una enorme sonrisa entusiasta en sus labios, vitoreando enérgicamente con sus amigos, invitando a todo el castillo–incluyendo a los perdedores–a la mejor fiesta que Hogwarts había visto alguna vez(de nuevo).

Estaban a finales de su último año. James y tú tenían una infinidad de planes para cuando se graduaran, cada uno más meloso que el anterior, como cualquier otra pareja de su edad.

Se conocían desde segundo año y, aún en aquel entonces, el flechazo continuaba palpitando como la primera vez, intenso y visceral. Conocías a sus casi hermanos de sangre, él conocía a las tuyas. Te había presentado con su familia y tú a él. Compartían afinidad en tantas cosas que, a veces, parecían tener toda una vida juntos. Una química excepcional.

Congeniaban en prácticamente todo. Excepto, tal vez, en el sexo.

Para salir desde tercer grado, no habían avanzado mucho en la materia. Sus intentos por llevar su relación al siguiente nivel se veían constantemente frustrados por la interrupción de terceros; los merodeadores, sus padres, los maestros, otros estudiantes, las clases, o su propia vergüenza.

Así que escucharte tomar la iniciativa por festejar a solas en su habitación, disparó el ánimo y la excitación masculina hasta el cielo. Lanzándose hacia tu boca para sellar la propuesta en medio de la acalorada sala común, donde los invitados chillaron, exclamaron y estallaron con euforia.

¿Sexo como premio? Mierda, claro que sí.

Una noche prometedora para su primera vez juntos, sin duda alguna.

Y quizá, la emoción de por fin dar el paso definitivo en aquella interminable escalera de peldaños, nubló el juicio de James a la hora de malinterpretar algunas de tus rebuscadas palabras.

Después de todo, su mejor amigo Sirius Black, le había lavado la cabeza con tantas mentiras sobre la intimación que su cerebro era incapaz de darle coherencia a cada una de tus sugerencias personales.

Sonreíste con cierta malicia, enrollando entre tus nudillos el grueso listón negro de satín que habías conseguido con ayuda de Marlene McKinnon, quién te había instruido algo sobre el tema. Era curiosa la cantidad de cosas que se podrían disfrutar en una cama–o sin esta, de ser el caso–; limitarse solo a acostarse y follar sonaba tan aburrido que, bien, te habías excedido un poco en tu codicia.

—No —respondió tu encantador novio a secas. Aparentemente no podía concebir la idea ni en una oración. Las mejillas se le pintaron de un rojo vibrante, contemplando mejor la precaria posición en la que se encontraba y entendiendo que, una vez más, se había precipitado al asumir su participación—. Eso no, yo quiero ver.

Resoplaste, comprendiendo entonces que te costaría algo de esfuerzo convencerlo de tratar.

Por alguna razón, cuando le mostraste la banda para los ojos escondida en uno de los gabinetes traseros de tu armario, el adolescente tuvo la errónea suposición de que esta sería para ti.

ONE SHOTS(HP) +21 (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora