Capítulo 1

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Aburrido, esa era la definición de este día. 

Miraba la gran pantalla de la televisión de 82" pulgadas; las películas de Harry Potter no eran tanto lo mío pero igualmente siempre las terminaba de ver.

Agarré el control remoto y silencié el televisor. Miré a Yoongi que estaba concentrado en unos papeles con una pluma en la mano. Bostecé bastante fuerte.

—Tengo hambre. —me quejé, pero él no me miró.

—Hazte algo de comer. —responde dejando unos papeles dentro de un portafolio.

—Quiero salir a comer con mi novio. —una pequeña sonrisa se asomó en mis labios.

—No estoy de humor para fingir que te amo. —dice todavía concentrado en sus cosas.

—Deberías. Algunos medios están hablando de los supuestos negocios ilegales en los que estás involucrado. —tomé el periódico que estaba en la pequeña mesa al lado del sofá, caminé hasta donde él estaba y dejé el periódico en frente suyo.

Yoongi dejó la pluma a un lado y tomó entre sus manos las grandes hojas de papel.

—Carajo... —cerró los ojos y pasó las manos por su rostro con frustración.

Finalmente se levantó tirando el periódico al tacho de la basura, caminó hasta la escalera y desapareció en el pasillo de arriba.

Se escucha un portazo y unas palabras irreconocibles.

—¡Ponte bonito, vas a conocer a tus lindos falsos suegros! —grita desde el segundo piso.

Subí las escaleras encontrándome con Yoongi apoyado en la puerta de su habitación.

—Oh sí, estoy tan emocionado. —dije sarcásticamente entrando a mi propia habitación.

Abrí la puerta al gran closet repleto de prendas costosas de conocidos diseñadores, caminé mirando con detalle cada una de ellas, buscando la mejor opción.

Estaba lejos de ser un experto en la moda.

La puerta de atrás se abrió, cuando di la vuelta, estaba Yoongi apoyado en el marco de la puerta con una mano ocupada teniendo una llamada.

—Aisha, necesito saber qué persona da esa información, haré que su vida sea miserable. —suelta bastante irritado, y seguidamente guarda su celular en el bolsillo de su pantalón.

Que Yoongi estuviese recurriendo a Aisha no significaba nada bueno, esa mujer no era la definición de santa.

—Agradece que a la prensa le importa más que aparezca yo en unas fotos tomándote la mano o besándote. —acomodo el costoso reloj en mi muñeca.

—Lo sé, pero si esto sigue yo ya no sabré qué hacer —sonaba cansado—. Si logró saber quién es el desgraciado, Aisha podrá encargarse de ello.

—Sabes que siempre estaré para ayudarte.

—Gracias, pero que te pague grandes cantidades de dinero no significa que tengas que ser empático conmigo.

Decidí no seguir hablando sobre ese tema y fui hasta uno de los espejos. Yoongi no se fue, se quedó mirando desde la puerta.

—Explícame sobre tu familia. —pedí, moviendo mis dedos encima de mi cabello tratando de lograr la forma en la que lo quería.

—Mamá; te llevarás bien con ella, suele amar a las personas odiosas. Mi hermana, Eunji, es algo irritable pero terminarás amándola —lo miré por unos segundos—. Mi padre, te odiará. 

LUJOS. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora