Please let me go.

.1.

El comienzo de todo..

Me encontraba en el patio delantero de mi casa, era un día soleado, bastante agradable para ser sincera. Estaba sentada en una silla para playa, no sé por qué teniamos una silla si ni siquiera ibamos a la playa, eso me daba risa, igual para darle uso la pusimos en el patio, para simular la "playa". Mientras reía un poco por mi pensamiento, tenía en mi mano un poco de limonada y hielos que me había preparado mi mamá, estaba viendo el paisaje que había, bueno, si a unos cuantos árboles y casas se les puede llamar paisaje.

Todo estaba bastante tranquilo a diferencia de otros días, algunas veces todo era un caos pero eso es algo normal e irrelevante. Para darles un poco de contexto, vivo en un suburbio bastante protegido, algo un poco extraño pero no le presto tanta atención. Mis papás son bastante protectores, realmente no se por qué, igual no me molesta tanto ya que habitualmente soy alguien bastante reservada y no salgo demasiado, solo lo necesario.

Como decía todo estaba bastante tranquilo y silencioso, hasta que escucho a alguien llamarme, me volteo hacía donde se escucha la voz y veo a un chico como de mi edad, es lindo pero ¿como sabe mi nombre?
Nunca lo había visto, por lógica pienso que es alguien nuevo, tal vez se acaba de mudar.

Lo veo acercarse a mí y eso me asusta un poco, aunque me tranquilizo un poco al ver que se sienta en el césped un poco lejos de mí. Me pregunto como habrá entrado si hay una gran cerca alrededor de mi casa, me parece curioso pero prefiero no prestarle atención.

-Hola ¿que haces aquí? -me atrevo a decir después de estar unos segundos solamente mirandonos, el con tranquilidad y yo con curiosidad y miedo.

-Hola, Havana, solo vine a acompañarte, te ví un poco sola-dijo con un tono de voz tranquilo, su voz es bastante gruesa, me sorprendió eso ya que sus facciones no demuestran a alguien con esa voz, igual no era algo muy relevante.

-Oh, está bien, pero ¿como te llamas? Nunca te había visto por aquí, ¿eres nuevo?-dije ya más tranquila.

-Sí, soy nuevo, me acabo de mudar, y respecto a mi nombre, llamame como quieras.-dijo con una pequeña sonrisa que me trasmitió confianza.
Era extraño que me dijera que lo llamara como quisiera, ¿acaso no tenía nombre o algo por el estilo? No lo sé, pero preferí quedarme con la duda, no quería que se sintiera incómodo y se fuera.

-Bueno, bienvenido, ya que no me dijiste tu nombre, mmm... Te diré Felix, ¿te gusta?-dije con una sonrisa esperando que le gustara, Felix me parecía un nombre bastante bonito.

-¡Si, me gusta mucho!-me dijo con una sonrisa muy grande, me pareció extraño ese entusiasmo hacía ponerle un nombre pero me dió felicidad que le gustara.

-Bien, entonces serás Felix.

Él abrió su boca para decir algo pero en ese momento salió mi mamá, supuse que era para decirme que ya entrara a la casa, y así fue. No dijo nada sobre Felix, más bien pareció como si no lo hubiera visto, algo extraño pero preferí dejarlo así.

-Havana, entra ya cariño, recuerda que pronto vendrá tu padre así que ayúdame un poco con la comida.- dijo mi mamá viéndome con una sonrisa, no me dejo responder cuando entró a la casa. Bien creo que me tocará despedirme de Felix, espero volver a verlo, hablamos muy poco pero me trasmitió confíanza.

-Bien, tengo que irme, espero podamos volver a vernos.-dije mientras me levantaba. Felix imitó mi acción.

-Vas a ver que sí, nos vamos a ver mucho, Adiós, Havana.

-Adiós, Felix.-dije un tanto extrañada pero igual entré a mi casa sin darle tantas vueltas al asunto.