En tiempos de conflictos por el choque de palabras entre ambos gobiernos opositores de dos países, llegan a un desacuerdo donde la paz se corta en dos. En ese tiempo turbulento, dos jóvenes enfrentan la realidad día a día, Myoui Mina y Yoo Jeongyeon...
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Al final de la cena. Cuando, Jeongyeon, fue a desearle a sus padres las buenas noches, ambos entablan una discusión personal en la habitación.
P. De Jeongyeon — No podemos dejarla salir. Es peligroso. El conflicto está aumento día a día. —
M. De Jeongyeon — No actúes así, la televisión te está comiendo la cabeza, nuestra hija ahora sabe defenderse si algo asi ocurriría en la calle. —
Su esposo suspiró con pesadez.
P. De Jeongyeon — ¿Qué estás diciendo? Esa no es manera de justificar las cosas. Yo no quiero que nuestra hija sea maltratada gane o pierda en la vía pública. Debemos decírselo. —
M. De Jeongyeon — Querido. No hay nada aquí que decir, ella, es muy probable que la llámen. —
Dijo con honestidad.
P. De Jeongyeon — ¿Qué será de nosotros? ¿Qué será de su amiga? Recuerda: esto no es igual a como el día que tú fuiste a asistir a aquellos soldados en el final de nuestra guerra pasada. Esto es todavía más serio. —
Dijo con pena.
M. De Jeongyeon — Querido. Ten fe a nuestra hija. Ella estará bien. —
Su esposo la miró echando a un lado su preocupación.
P. De Jeongyeon — Le tengo fe a nuestra hija, le tengo fe a mi familia, a ella y a ti. —
Jeongyeon salió caminando sigilosamente desde el otro lado de la puerta, regresando a su propia habitación luego de oír la charla ajena.
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Jeongyeon ~ Si entonces así fuera. Lamentablemente, Mina. No dejaré que te exponga en riesgo. ~