Capítulo I

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Orden y caos. Dos fuerzas contrarias, siendo enemigas desde hace tiempo... Pero, ¿Esto fue siempre así?

—¡Barrera!

—¡Sí, comandante!

Todos los que escucharon el grito se pusieron en fila, sacando sus escudos y generando una barrera entre todos.

—¡Tiradores! ¡En posición!

—¡Sí, comandante!

Haciendo caso, los que portaban con lanzas se colocaron detrás de los escuderos. Ellos se encargarían de atacar a lo lejos.

—¡Deben formarse más deprisa! No querrán que el enemigo los encuentre con la guardia baja.

—¡No, comandante!

—¡Más fuerte!

—¡NO, COMANDANTE!

—¡Bien! Ahora pueden retirarse a sus lugares de descanso.

—¡Sí, comandante!

Como si fueran las únicas palabras que se pudieran decir, afirmaron los presentes. Rompieron filas, disponiéndose a retirar a sus respectivos hogares.

—Megan, quédate un momento. Necesito hablar contigo.

Sintiendo un escalofrío en su espalda, el llamado se dirigió donde su comandante.

—Dígame, comandante.

—Tal vez te hayas dado cuenta, pero los nuevos soldados... Aún les falta mucho.

—Tiene usted toda la razón, comandante. La última generación no está preparada completamente.

—Eso me temo. Por eso, los demás comandantes y yo te damos la labor de encargarte de su adiestramiento.

—Está bien, comandante. No lo defraudaré.

—Eso espero, Megan. Confío en tu capacidad de dirigir con orden; eres de los que tienen más experiencia aquí.

—Agradezco los halagos, comandante; pero solo cumplo con las normas dadas.

—Me alegra oír eso. Ya puedes retirarte.

—Como ordene, comandante.

Dando una reverencia con la cabeza, el mencionado se dirigió a su residencia.

Era una morada humilde, idéntica a todas las demás moradas que habían en donde se encontraban.

Ellos eran la "Tribu del Orden".

Dícese que, cuando todo surgió, existían dos fuerzas únicas en el mundo: El orden y el caos.

De estas dos fuerzas, surgieron dos tribus: La "Tribu del Orden" y la "Tribu del Caos".

Los primeros eran caracterizados por su organización sin igual. Su dirección de poder, su forma de vivir, incluso el alimento consumido cada día; todo estaba minuciosamente estructurado para que se haga de una misma forma.

En el caso de Megan, las cosas de su vida diaria eran ya definidas en base a un horario.

La rutina era la establecida para todos los jóvenes adultos en edad de aportar en batalla:

- Levantarse.

- Comer.

- Aprender de la historia de la Tribu.

- Comer nuevamente.

- Entrenar con las formaciones de batalla.

- Asearse.

"Orden y Caos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora