Una mas en la policia Japonesa- Death Note (Fanfic)

Capitulo 4

Las expresiones de todos estaban resumidas en un silencioso asombro mientras yo conservaba de mi inexpresividad ante cualquier cosa.

-Este chico...

-No es lo que me esperava...

Todos sacaron su placa para presentarse, a excepción mia, que ni siquiera tenia placa. Ante esto, L levantó un dedo como si les disparára.

-Bang.

-¡Encima va de cachondeo!

No pude evitar soltar una risa mientras me tapaba la boca.

-Escuchen, se dan cuenta de que si yo fuera Kira estarian todos...

-Muertos.-Finalizé la frase haciendo que L me mirára atentamente.

-¿Puedes tratar de no terminar todas mis...?

-¿Frases? Si, lo que tu digas.

-Igual de extrovertida que siempre L2.

-¡No me llames L2!

Mi pequeño enfado sobresaltó a los demás, ya que por mi tipica seriedad, no era usual en mi eso, pero L lograba sacar todo lo que oculto de mi.

-Bien.-Sonriente prosiguió.-Dejad vuestros mobiles aquí por favor, y nadie deve de recojer información sobre lo que digamos aquí.

-¿No confias todavia?

-No es eso.-L se sentó con su famosa pose en el sofá.-Me molesta que suene un telefonó mientras hablo.

Suspiré mirando a un lado. Anda que a el nunca le pasa eso...

Todos se sentaron, ocupando los únicos sitios que habia.

-¿Quieres sentarte Mina?

-No me hace falta, gracias igualmente Matsuda.

-No hay de que...

L empezó a poner terrones de azúcar a su café. Como no, sin azúcar L moririra...

-Oye L.

-No me llameis así, a partir de ahora dirijios a mi como Riusaky.

Durante el tiempo que estubimos allí, L nos dio la información que el tenia, la verdad, es que no era mucha, pero si de gran ayuda.

-Genial, con esto podremos resolver el caso entre los ocho.

-Bueno, ¿teneis que hacer alguna pregunta?

-Antes habias dicho que eras mal perdesor... ¿No consideras una derrota el haberte implicado hasta este punto?

-Si, tanto esto como el sacrifició de los agentes del FBI son derrotas para mi, sin embargo se que acabaré venciendo. Así que demostremosle, que la justicia siempre vence.

Todos se fueron, para entonces era de noche y llovia. Muchos se fueron con un taxí. Yo esperava en el portal del hotel. En mis bolsillos no habia dinero. Tampoco traia paraguas.

Marchar corriendo seria una insensatez... Al ritmo que va la lluvia, llegaria empapada al apartamento...

Mirava al cielo con rabia, como si la culpa de mi mala suerte solo fuera suya.

-Disculpa Mina.-Watari me tocó el hombro.-Ya supusó L que no tenias nada para irte... Pasa dentro.

L me conocía hasta para saber que no iba a poder regresar a mi apartamento con la lluvia. Siguiendo a Watari entramos otra vez en la habitación de hotel. L seguía sentado en el sofá como si nada, ahora comiendo un pastel, nunca podia dejar los dulces...

-Sientate Lya. Se me hace raro tener que llamarte Mina, aun que se parezcan, no me acostumbro.

-Si yo devo de acostumbrarme a llamarte Riusaky en vez de Lawliet, tu también aguantarás.

-No has cambiado en cuanto a caracter se refiere.

-Me lo tomaré como un cumplido.

Me senté en el sofá, L no me quitava los ojos de encima, incluso cuando le dirijí una mirada mas cerrada, el siguió mirandome. Watari entró haciendo que rompiese la conexión visual que habia establecido con el chico minutos antes.

-Aquí tienes su café, señor Riusaky.

-Gracias Watari.

-¿Quiere cenar señorita Minamoto?

-No gracias.

-En ese caso, si quiere puede pasar a aquella habitación.

-Gracias.-Pasé hacia delante y entré en la habitación.

Era un pequeño precinto con un escritorio, una cama amplia y un armarió. Me tumbé en la cama, deveria dormir con esa molesta ropa... Con lo que odiaba el traje con esa falda, que aun que fuese bonita, me apretaba como para dormir con ella. Abrí el armario en busca de algo para cambiarme, rezando a los cielos que algó ocupase ese armario. Habia una de las camisetas de L. Genial... Yo ya sabia que me iban grandes, así que, todo y que no me cubririan hasta las rodillas, cubririan lo necesario. Me metí entre las sabanas ya cambiada con la camisa blanca de L. Olia justo como temia, a dulzes, tal y como cuando entras en una tienda de golosinas, ese era su olor.