Capítulo 1: Intruso

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Hace unos días, cuando Carla regresaba del colegio en dirección a su casa, encontró al pie de un árbol una caja muy curiosa, que tenía escrito en uno de sus laterales "Adóptenme". Ella sintió curiosidad y abrió la caja, esperaba encontrarse con un gatito o algo por el estilo, pero lamentablemente no se encontró con lo que esperaba, pero sí con un pequeño pajarito recostado en una esquina. – Oh, pobre animalito, pareces enfermo... (¿Qué hago? ¿Sería bueno llevarlo a casa? No lo sé, tal vez mamá me grite si se llega a enterar. Pero se ve en muy mal estado, y me da mucha lástima... ¡Qué más da, lo adoptaré, al fin y al cabo, parece ser un lindo pajarito de un color bonito, vámonos a casita!) -.

Ya la irán conociendo, Carla es muy ingenua a veces, y pensar que cree que ese "pequeño animalito" no le causará problemas.

Llegando a casa, entró con cautela, ocultando en su mochila al pequeño ser. Subió a su cuarto y cerró su puerta con llave. Lo sacó de su mochila y lo arropó con una manta – Así te mantendrás caliente-. dijo con dulzura. El ser la miró detenidamente, con sus ojos grandes y brillosos, Carla quedó ensimismada ante el gesto y procedió a acariciarle la cabeza con mucha sutileza. -Parece que te gusta-. le dijo. Ella disfrutaba el hecho de acariciar a una mascota, pues nunca había tenido una. -Iré a traerte algo de comer, ¿Supongo que comes...? ¿Qué comen las aves? No lo sé exactamente, lo voy a buscar en Internet-. Aquí dice que las aves se alimentan principalmente de hierbas, frutos y semillas, entonces tengo que buscar ello, creo que tengo algunas semillas en la cocina, espera un rato avecilla, ahora regreso.

Mientras Carla iba a buscar las semillas a la cocina, el pequeño animal aprovechó para observar cada detalle del pequeño cuarto.

Regresó trayendo un plato de semillas y un pequeño tazón de agua. -Aquí está, disfruta mi linda avecilla-. El ser miró lo que le había traído y ni se inmutó. -. Parece que no quieres probar, ¿Acaso no te gusta? Tal vez necesitas otra cosa-.

En realidad, él solo necesita tus caricias, Carla, ¡Uhm! Sigamos.

El pequeño ser se arrimó al hombro de Carla y se acurrucó a su lado, haciéndola entender que tenía frío. -. ¿Así que eso es lo que quieres? Que te de caricias, de acuerdo, de acuerdo-. Pasaron unos minutos y ella comenzó a sentir un ligero sueño. -. ¡uaaaah...! ¿Por qué me siento cansada de la nada? Debe de ser por el arduo día de colegio, ¡No te rindas, falta poco tiempo para que acabe el año escolar! -.

En los días siguientes, Carla siguió cuidando al pequeño ser que rescató a escondidas, lo alimentaba, limpiaba su cajita y lo mimaba mucho. Hasta que, en una noche, Carla despertó en la madrugada quejándose de dolores de cabeza -. ¿Por qué me dolerá mucho la cabeza? Tendré que tomar una pastilla.

Carla salió del cuarto en busca del medicamento y al regresar y abrir la puerta de su habitación , pudo contemplar ligeramente, gracias a la luz de su ventana, una silueta marcada, que era... - ¿eh? -. (Es... es... un chico... parece estar... completamente desnudo...) El muchacho inmediatamente se percató de su presencia, y volvió a transformarse a su forma inicial (el pajarito)

Carla se impactó por lo visto y salió corriendo en dirección al cuarto de sus padres. (¡¿Qué diablos fue eso?!) - ¡Mamáaa! -. gritaba. Rápidamente su madre se despertó del susto por los gritos de su hija. - ¡¿Qué sucede?! -. dijo exaltada.

¡Un monstruo, un monstruo en mi cuarto! -.

-Hija, ya no tienes edad para estar imaginando esas cosas-. Dijo su mamá. - ¡Tenía cuerpo de adolescente y de un momento a otro cambió y eso me pareció muy aterrador y...! – Hay niña, me sacas de quicio-. le dijo, sin creer en las palabras de su hija -para que estés tranquila quédate a dormir conmigo-. Su madre apartó un lugar en la cama para que Carla pudiera dormir. –Duérmete rápido, ¿okay? Mañana tengo que levantarme temprano para atender mi negocio y no quiero estar levantándome en la madrugada por incidentes como este.

-Está bien ma, no te preocupes por eso...-. Terminó diciendo Carla, que a pesar de todo le costó un poco dormir, no dejaba de pensar en lo que había ocurrido, no era una imaginación, ella lo sabía, era completamente real. –(¿Puede que mañana suceda algo? Si es así, yo no sabré que hacer... ¿O sí? Mejor me pongo a contar ovejas para poder dormir)




Bueno, hasta aquí llega el relato por parte de su querida narradora, de ahora en adelante se narrará a partir de la perspectiva de cada personaje. ¡Nos volveremos a ver pronto!

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