cap 2- señor queso sabroso

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Jeon jung hyun, el hermano mayor de jungkook, ¿cómo olvidarlo? tenían sus voces totalmente iguales, solo que la de hyun es un poco más grave que la de kookie, por lo que se diferencian muy costosamente.

-pensé que ya no venías por aquí -respondió un tanto nervioso y sorprendido al verme allí-.

-de hecho, vengo todos los días, solo que más tarde depende del día.-Hubo un silencio incómodo por lo que decidí hablar pero alguien me interrumpió antes-.

-Wow, hyung tanto tiempo, hace mucho que no te veía, hola t/n.-tae entró a la habitación eliminando el silencio haciendo que el ambiente fuera más cómodo aunque hyun seguía nervioso y más aún-.

-Hola Tae, si es verdad, hace mucho tiempo, se nota que mi hermano nos unía a todos por lo que luego dejamos de vernos.-bajo la mirada al suelo y yo me levanté y puse mi mano en su espalda- lo extraño.

-todos lo extrañamos hyun-conteste yo con un tono suave y tierno- pero lo importante es que aún no se fue, el sigue aqui y aun está vivo con nosotros, quizá no nos haga una sonrisa verlo asi, a comparacion de antes…-baje la mirada, si que iba a llorar pero mi celular vibro y era un mensaje de mi madre-.

Mensaje:

_T/N esperame en la avenida… te veo allí, tenemos algo importante que hacer.

deje mi celular en la mesita y me limpie mis lagrimas para empezar a juntar mis cosas y darle un beso en la mejilla a jungkook antes de irme, luego le di un saludo formal al hermano de Jungkook quien todavia seguia con un poco de lágrimas y los ojos llorosos, pero le di una sonrisa y luego Tae decidió acompañarme hasta la salida.

-Pensé que nos quedaríamos juntos con Jungkook hoy, creo que llegué muy tarde.-miró su reloj y sonrió-.

-no no, no es eso Tae, es que debo irme, lo siento por no poder estar-hice una pausa e iba a retirarme pero me di la vuelta quedando frente a Tae- oye Tae, sabes… creo que si Jungkook estuviera despierto, estarían en una fiesta bebiendo mientras que Jungkook te da consejos sobre chicas-sonreí ante mis palabras- creo que nos debemos un descanso, ¿quieres ir el sábado a una fiesta?-le pregunté esperando su respuesta con una sonrisa un tanto melancólica-.

-Me encantaría T/N, te veo allí.-el sonrió y yo me despedí de él para ir con mi madre-.

Subí a un taxi, no tenía mucho dinero, es apenas lo que encontré en mi mochila, pero me dejaría en donde mi madre me citó para vaya saber que, espero que no sea una de sus locuras nuevamente.

Me estaba por quedar dormida cuando llegue a la avenida, me baje luego de pagarle al conductor y me quede esperando abajo de un techo ya que estaba lloviendo y hacía frío. En unos segundos después vi a mi madre bajar de una limusina formalmente vestida, ni yo sabía de dónde había sacado la plata para ese vestido.

-Hija, ven sube al auto, que te enfermas..-dijo con una alegría algo falsa pero totalmente convencida-.

-¿mamá, qué es esto?-pregunte y ella negó con una cara malhumorada eliminando su sonrisa a lo que subió a la limosina sin ninguna explicación y yo le seguí el paso- ¿a donde vamos? ¿y esta limusina?.

-Hija ya deja de hacer preguntas y ponte ese vestido.-mire una caja negra con un gran moño y luego mire al chofer quien miraba por el retrovisor-.

-mamá…-mire al chofer-.

-oye, no seas un pedofilo y cierre esta ventana que mi hija se cambiará- el chofer subió una ventana haciendo que me pudiera cambiar un poco más tranquila pero con duda-.

Luego de hacer preguntas el auto se detuvo y entré a una mansión con mi vestido, era apretado pero largo, todo rojo, un color que brillaba y se notaba a kilómetros, mi madre sí que quería hacerme ver linda.

matrimonio por convenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora