CAPITULO 1- ALLENTOWN

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Narra Lú:

Allentown es una ciudad calmada, fresca, con grandes parques, montañas, ríos, Museos, Centros Históricos, casas al estilo Victoriano, tiene espectáculos al estilo Broadway, una ciudad completa para vivir. Y su gente es increíble educada y muy callada. Pero detrás de esas paredes las familias ocultan un secreto, Y no cualquiera, uno donde si hablas podrías MORIR..

Luego de unas largas de vacaciones en familia por Alaska, volvimos a ALLENTOWN.
Era una hermosa tarde de otoño mientras papá veía la tele, mamá preparaba un jugo de naranja para refrescarnos, mi hermanita comía unos dulces y jugaba con sus muñecas, Lucía era una hermosa pequeña de ocho años dulce y traviesa. Decidí ir a visitar a mis amigos y llevarles unos detalles que les traje del viaje, había comprado cuatro bolitas de nieve con la imagen de Alaska por dentro.

—Mama saldré un momento a casa de Izzie —comenté  mientras reacomodaba mi cabello.
—No tardes que papá nos invitó a cenar.

Sí, si, mi madre era muy estricta, Eso a veces me hacia querer correr de casa sin saber a dónde,
Mi madre era una diseñadora de moda muy reconocida era muy exigente con ella misma, quería dar lo mejor de sí, y mostrar la mejor imagen de su familia.

No salgas de noche.
No te desveles.
No uses ropa descubierta.
No, no, no,
Quería prohibir todo lo que a ella le parecía incorrecto, y quien más que ella para mostrarnos la diferencias entre bien y mal.

Salí de mi casa camino a casa de Izzie vivíamos solo a 2 calles, éramos  amigas desde la infancia yo tenía cinco  años cuando mis papás decidieron dejar Florida  y mudarnos a Pennsylvania.
Mientras caminaba, el viento movía mi vestido floreado azul y rosa, realizado  por mi mamá de hecho todos mis atuendos  los elaboraba ella, mi cabello rojo se movía al compás del viento,
mi mente solo pensaba que en una semana entraría en la universidad pues estudiaría arquitectura y mis padres me exigirían mucho más, lo bueno de estudiar es que estaría con mi grupo de amigos.

Llegue a casa de Izzie y toque el timbre este resonó por todo el hogar,  una voz femenina se hizo escuchar detrás de las grandes puertas.

—!Voy! —exclamo.
—Buenas tardes Sra. Isabel  —comenté esbozando una gran sonrisa
—Buenas tarde Lú —respondió con la misma sonrisa.

Llevaba un delantal de flores verdes y rojo, y una cola alta, preparaba algo en la cocina se podía sentir el olor.

—Adelante pequeña, Izzie esta en su habitación.
Mientras caminaba a las grandes escaleras de caracol, pude detallar los hermosos cuadros y lámparas que decoraban el camino de la entrada.

Al llegar al segundo piso y entrar en la habitación, me encontré con una chica sentada en su silla frente a su computador, Su piel brillaba con los rayos del sol que entraban por la ventana situada a un lado, llevaba un mono rojo que hacía juego con las cortinas y sabana  de su habitación.

—¡Lú, por fin llegas! —comentó a gritos mientras se ponía de pie de su escritorio.

—Holaa, te extrañe  –hice un puchero mientras le daba un abrazo.

—¿Que tal el viaje?  ¿algo que contar? ¿cuántos chicos guapos conociste?–preguntaba Din mientras sonreía y elevaba sus cejas constantemente con una cara pícara.

—!Ningunos! —rodee los ojos mientras sonreía —tu sabes, lo mismos, mamá, papá, Lucia, los abuelos, todo aburrido pero bien—¿y tu picarona que cuentas?  —le preguntaba mientras me sentaba en su cama.

—Nada, salí con mis papás a una fiesta familiar con mi perfecto hermano—eso último lo comento haciendo entre comillas con sus dedos.

—Oye vamos a llamar a los chicos estaban esperando por tu llegada—comentó con mucha emoción.

Izzie siempre sonreía, era fuerte, o eso demostraba su personalidad cuando conversabas con ella, pero al mirarla y conocerla te dabas cuenta que en sus ojos había algo que gritaba ¡Ayuda! ¡algo pasa!. Tal vez sólo sea yo siendo paranoica, pero juro que esa era el aura que me inspiraba.

Luego de llamar a los chicos, la Sra. Isabel nos llevo unos ricos pasabocas y jugo de naranja, siempre mostrando su hermosa sonrisa y esas pequeñas arrugas.

La puerta del cuarto resonó por toda la habitación y vimos entrar dos figuras.
April con su hermoso cuerpo atlético,  sus conjuntos deportivos le daban una imagen de fuerza belleza eh inteligencia, mientras que Dann era tan guapo,  musculoso, esos ojos marrones que mostraban ternura, su cabello desordenado que apuntaba a todos lados le daban un aire de chico malo, !sí, cualquier chica estaría loca por él!

—Hola guapas —esbozaba una gran sonrisa mientras nos abrazaba.

—Te extrañamos tanto pequeña —exclamó April mientras se nos unía al abrazo.

—Chicos les traje unos detalles,  se que no es gran cosa pero lo traje con amor —comenté mientras extendía las bola de nieves a cada uno de ellos.

Luego de largas charlas, comentarle todo lo que hice en el viaje, anotar los horarios de clases, áreas y cosas de la universidad me despedí de ellos para irme a casa, debía volver para ir a cenar o estaría castigada por dos semanas. Siiii. A pesar de tener 19 años debía obedecer a mis padres ellos trabajan para darnos lo mejor a mi Hermanita y a mí. Me tocaba estudiar para ser alguien en la vida o eso decía mi papá, debía recompensar sus esfuerzos.

 Me tocaba estudiar para ser alguien en la vida o eso decía mi papá, debía recompensar sus esfuerzos

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MIENTRAS CUATRO CHICOS PASABAN UNA HERMOSA TARDE.  NADIE NUNCA IMAGINO QUE SER GUAPA E INTELIGENTE TE LLEVARÍA A LA MUERTE.

EL PESO DEL SILENCIO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora