Santiago sin Salida

0 0 0
                                    

Santiago de Chile es mi lugar de origen, nací y crecí en la gran ciudad, la capital. Y sí, soy como cualquier persona que está dentro de la ciudad o en algunos casos, en cualquier ciudad Sudamericana.

Fui a un colegio común y corriente, con amigos comunes y corrientes, con padres que crecieron con el temor de la dictadura, entre poblaciones y comunes sueños de Santiago. Sueños como salir del colegio, ingresar a la universidad, tener una casa propia. El sueño común.

Lo que a mí nadie me dijo es que más allá de ese sueño había algo más, y que ese algo mas no lo encontraría ni en Santiago ni en mi próximo destino, porque más que alguna meta o aspiración ese "algo más" era una duda que me aquejaba y empezaría a llevar conmigo desde el minuto en que me lo plantee, por supuesto que eso no ocurriría hasta mis veintidós años.

Seguí los planes de mis padres, salí del colegio, tuve un título profesional en una universidad, jugando en Tinder conocí en aquel entonces el amor de mi vida y casi sin querer, conseguí un trabajo en una prestigiosa empresa. Casi la vida ideal, casi una vida de Wattpad y de esas películas de Netflix que a las personas y chicas de mi edad nos gusta ver.

Si bien tenía la vida que se consideraba perfecta, casi de un momento a otro empecé a notar que la mayoría de las personas que me rodeaban hacían absolutamente lo mismo que yo, seguir la misma línea, seguir la misma meta. Casi de un momento a otro, empecé a notar a mis compañeros de trabajo, aquellas personas que me rodeaban y eran mucho mayores que yo, sentados al frente de un computador día a día, ¿viendo a través de la ventana como nuestro día se iba y me preguntaba "esto será mi vida y esto es lo que seguiré haciendo por el resto de ella?"... Una pregunta que no me dejaba dormir.

Y casi de un momento a otro, a mis venidos años de estar en pie en Chile, empecé a notarlo todo, las rutinas, la gente con cara de culo a su trabajo, el tiempo que se iba por causa de mi trabajo y el tiempo que yo me hacía para poder sentir que vivía un poco.

Prometo que en un momento creí que estaba en una película, casi como en Matrix cuando Neo se da cuenta que el mundo que lo rodea era más que eso y decide tomar la pastilla. Pero este era el momento previo antes de tomarla, esa desesperación de todo lo que te rodea es falso, sin vida, sin imaginación, sin verdaderos propósitos y metas y puntos finales. ¿Preguntarte cada día, "valdrá la pena todo lo que estoy pasando?" y no poder encontrar una respuesta.

Y casi sin darme cuenta, me sentí entre la espada y la pared.

Lloraba por lo menos una vez a la semana por esta angustia en mi pecho, mi trabajo no me satisfacía y no encontraba el consuelo o quizás la respuesta que necesitaba, lo único que escuchaba era - Ante, cualquiera moriría por estar en tu posición, por favor hija, podrás irte cuando hayas trabajado al menos cinco años - , claro que ese consuelo se transformaba en un pensamiento de tortura "Cinco años más para poder salir de este infierno" ; y el consuelo de mi novio era "No entiendo lo que me quieres decir, pero te apoyo"...

Decidí por un tiempo escuchar a mi madre y sus sabios consejos, era claro que ella siempre quería lo mejor para mí, así que pensé que este problema en realidad era en mi interior. Acudí a terapia, acudí a mis amigas, ingresé nuevamente a la universidad, todo con el fin de distraer mi mente de estos pensamientos.

Cambié mi corte de pelo, comencé a ir al gimnasio, pensé en que la solución para aquella angustia estaba en la fiesta y las amistades, la fiesta y el alcohol, pero no. Cada día sentí que esa pregunta se volvía algo más grande y todas las respuestas que tenía no alcanzaban para satisfacer mi angustia.

Y Por un momento me sentí sin salida. 

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Oct 13, 2021 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Golden FishWhere stories live. Discover now