Steel heart

Capítulo 21

Todo el día sola, sin Klaus no lo encontraba por ningún lado, Cinco dijo que iba a investigar y que no podía llevarme ya que iba a ser peligroso.

Ahora estoy acostada en mi cama fumando un cigarrillo esperando a que Klaus venga o que Cinco termine.

Luther: Hey levantate - Dijo entrando a mi habitación -

T/n: Que? Para que?

Luther: Vamos a ir a buscar a cinco

T/n: Agh! Esta bien - Dije levantándome de mi cama - Quien irá?? - Dije siguiendo a Luther -

Luther: Diego, tu y yo

T/n: Okey

Diego: Vámonos - Dijo al vernos salir -

Luther: Espera - Lo detuvo - a donde?

T/n: Tal vez este en la camioneta??

Luther: Si

...

Llegamos a donde estaba la camioneta y el no estaba, agh! Donde se metió.

Diego: No está aquí..

Luther: Ya vimos

Están peleados porque no sabían quien meterse a la camioneta primero, que tontos.

Diego: Busquemos en otros lugares...

...

Mierda donde se habrá metido este chico llevamos buscándolo todo el maldito día.

Entramos a una biblioteca como último recurso ya que pues hay que buscar

Luther: T/n tu ve a la izquierda, Diego tu a la derecha yo al frente.

Luther y Diego empezaron con lo mismo a discutir por el liderazgo, yo? Yo seguí mi camino.

Xx: Donde estarán sus padres?

Empeze a escuchar murmullos de las personas y me acerqué a esos murmullos y ahí estaba, tirado en el suelo ebrio

T/n: Hey...

Dije susurrando y agachandome a su altura y agarrandolo de los cachetes

T/n: Despierta

Cinco: Que?

Dijo abriendo los ojos y volteando a todas partes, me miro y sonrió

Cinco: Que tal hermosa?

Uuf me llegó muy fuerte su olor a alcohol

T/n: Chicos!

Les grite para que vinieran

Luther: Carajo

...

Íbamos caminado por un callejón mientras escuchaba a cinco balbucear

Cinco: Oye T/n

T/n: mmh?

Dije sin despegar la mirada al frente

Cinco: Porque no nos vamos a casa y follamos hasta el amanecer?

Diego: Hey!

Cinco: Que?

Diego: Nesesitamos que te enfoques... ¿Quienes eran esos hombres?

Cinco sólo le sonrió sin decir nada

Cinco: Saben que es gracioso..? Que estoy en la pubertad... otra vez