En la plataforma alta de la Montaña del Diablo Celestial, un hombre con una túnica negra está sentado en ella, conteniendo la respiración. Sentada en sus piernas estaba ella con un pequeño cuerpo comparado con el enorme sujeto; mechones (H/C) y suaves como la seda más fina, sus ojos entre cerrados brillando tal cual un diamante.
La respiración de ambos se mezcla, él acaricia suavemente el pelo de la chica recostada sobre su pecho. Zhuo Yifan la admira con ternura y sus oscuros ojos carmesí siguen cada detalle de su cuerpo. En el cielo, el sol y la luna corren uno al lado del otro, y la cálida luz del sol junto a la fría luz de la luna están rociando la tierra al mismo tiempo. El hombre respira hondo y sus manos se apartan delicadamente; seguidamente mirando hacia el cielo. De repente, dos rayos de luz se juntan en un instante y al ser disparadas hacia él al mismo tiempo, mezclándose y oscureciendo el cielo repentinamente.
Gritando a la distancia, una figura masculina se va acercando hacia ellos. Vestido con ropas sencillas, casi trapos, un joven cansado se detuvo ante el hombre y la niña dormida.
"Maestro, esto no es bueno. Nuestras tropas han sido aniquiladas y estamos bajo ataque. Todos mis compañeros han muerto." Soltó aquel pálido rostro reflejando temor y nerviosismo, casi gritando. El hombre solo suspira cansado y le responde de vuelta: "Zhao cheng, guarda silencio. Puedes despertarla, no te preocupes por eso que ahora mismo me encargaré de ellos"
Una cruel sonrisa se forma en el rostro cincelado de Zhuo Yifan, poco le importa al hombre si unas cuantas ratas venían a interrumpir su paz y tiempo con la niña o si atacar sus tropas. Él puede lidiar con todos ellos, sin importar cuál fuese su rango y poder.
Aunque estas palabras no calmaron para nada al pobre chico, que seguía temblando y de rodillas. Esta vez, con mucha más insistencia, él dice nuevamente: "Pero señor, los 7 emperadores pronto estarán aquí y si no hacemos nada, tal vez terminemos sucumbiendo al caos." Él dice rápidamente casi sin aliento.
El aburrido señor, por tanta palabrería y aun tranquilo decide pararse. Su hermoso rostro malvado no quitaba esa sonrisa; (T/N) despierta por los movimientos del emperador.
Miraba dudosa y aturdida, "¿qué ocurre?" se pregunta. Ojos carmesí la vuelven a mirar, Zhuo Yifan la toma en brazos para evitar su caída y hablándole con ternura, algo extraño a simple vista para otros.
"Mi hermosa Gardenia, tu emperador debe irse y quiero que te quedes a salvo aquí. Vuelvo en unos momentos." Besa suavemente su frente, a lo que ella sonríe devolviendo el beso con más ternura.
La sienta en el trono de piedra, ambos se ven antes de la última despedida y la tristeza de la chica nunca fue vista por él. Respondiendo a su discípulo, Zhuo Yifan contesta: "Ni con todas sus fuerzas podrán alcanzar mi poder o siquiera, derrotarme."
En este momento, el sonido de una ruptura en el aire aparece, siete corrientes de luz se muestran y caen frente al emperador. Cuando la luz se disipa, se revelan siete figuras que exudan un aura poderosa.
Las cejas del emperador tiemblan inconscientemente, el hombre mira a las siete personas frente a él y dice con tristeza fingida: "¿No son ustedes siete los que siempre han despreciado a nuestros cultivadores mágicos, qué están haciendo aquí hoy?"
"Hmph!, Demon Sovereign Zhuo Yifan, ¿no sabes el propósito de nuestra llegada aquí? Además, escuchamos algunos ... Rumores sobre algo curioso, sabes." Un anciano con barba blanca se acaricia la barba y lo Mira con una expresión en blanco.
Cautelosamente, este mismo los mira. Ya suponía que deseaban y aparte, de lo que estaban refiriéndose. Era algo tan rumoreado entre estas tierras; aquel desalmado e increíblemente cruel demonio amaba a una delicada niña, manteniéndola cautiva fuera del conocimiento popular.
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Gardenia demoníaca [Yandere emperador x reader]
FanfictionEl emperador la ama, está obsesionado con ella. Su dulce florecita, criada para ser suya sola. Zhuo Yifan, conocido por su personalidad cruel y despiadada. Nadie imaginaba que escondía un tesoro, la niña de sus ojos y su precioso amor; Sufriendo un...