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MiSuk Pov's.

Siento un frío espontáneo, un sonido constante pero lo agradable era el calor de mi mano entrelazada con otra. Abro mis ojos, veo una habitación totalmente blanca, con cuidado giro mi vista a la derecha, osos de peluches y flores, yacían en una mesita.

Ahora giro mi cabeza para el lado izquierdo, una cabellera castaña estaba puesta en la cama, veo nuestras manos para luego ver al remitente. Sonreí mentalmente, sus labios formaban un pequeño puchero, haciéndolo ver más tierno de lo que era.

Muevo lentamente mi mano, esperando alguna reacción, este frunció su ceño, todavía dormido.

- BeomGyu - le llamé con voz débil.

Al escucharme abrió sus ojos de golpe y me miró.

- ¿MiSuk? - dudó un poco - ¿No es una alucinación? - rascó sus ojos.

Me observó de nuevo.

- MiSuk estás despierta - tocó mi mejilla.

Sus ojos se habían cristalizado, uní mi mano con la suya.

- Es-estás despierta - repitió, sin creerlo.

Asentí leve, Beom secó sus ojos.

- Llamaré al doctor - corrió hasta la puerta - ¡Doctor, despertó! -.

A los segundos entró con un enfermero, me observó y sonrió.

- Me alegra mucho, señorita Sohn - suspiró - 2 semanas y 1 día estuvo en coma - miro a BeomGyu - Este chico de aquí, nunca se fue del hospital - sonrió.

BeomGyu agachó su cabeza algo timído.

El doctor tomó mis signos vitales, todo estaba bien, por el momento.

- Estará en observación durante 2 días, si no presenta alguna complicación, la daremos de alta - informó.

Hizo una pequeña reverencia y dejó el lugar junto al enfermero.

Me giró a ver a mi acompañante y le sonrió, al cruzar miradas.

- Todavía no lo puedo creer - suspiró.

- Escuché al doctor decir que nunca te fuiste de aquí - me costó un poco hablar - Mmm...ve a la agencia, estaré bien - añadí.

- Quiero quedarme aquí hasta que te den el alta - habló.

- Beom, ve a la agencia y así le informas a los chicos, ve a respirar aire fresco - pedí suave - Ve, que se te hace tarde, cualquier cosa te aviso, prometido - alcé mi dedo mequiñe con dificultad.

Lo entrelazamos, mis mejillas se tornan rojizas, al igual que las de él.

- B-bueno, me iré llendo - recogió sus cosas y salió feliz del aula.

Sonreí leve.

Me quedé sola en la habitación, pude recordar todo lo que había pasado esa noche, suelto algunas lágrimas, pensar de que si no hubiera sido por los chicos, hubiera estado muerta.

La puerta se abre con cuidado, asoma la cabeza mi mejor amiga.

- Hola - sonrió, entrando.

- MiAh, hola - contesté.

Se sienta a los pies de la camilla.

- Te demoraste demasiado para mi gusto - tomó mi mano.

- ¿En despertarme? - ella asintió - Supongo que era el tiempo para poder recuperarme - agregué.

- Sí, el doctor me dio el informe cuando llegué ese día - acarició mi mano - Sobredosis de diazepam, inexistente alimentación y sueño, un poco de perdida de tejido cerebral, se sumó algunos pequeños raspones que te hiciste al caer al suelo de la azotea- habló.