Prólogo

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Cómo el viento sopla y te acaricia el rostro, así es aquel sentimiento del cual nadie puede escapar, aun para aquellos que intenten posponerlo o simplemente cerrarle la puerta no puedes hacer nada, solo... Lo tienes que enfrentar o disfrutar. En mi vida, siempre he sido amante de las películas románticas, me gustaba ver como las personas pasaban por el proceso de ese sentimiento, como llegaban a interactuar estas personas entre si y ese sentimiento explotaba directo en sus corazones, en sus vidas.

No lo negare, parecía que me emocionaba mas yo misma de lo que los actores podían emocionarse al recrear la escena. Las pocas veces que veía películas en los tiempos de guerra, había una que otra escena de como incluso estas personas sufrían con este sentimiento. Creía que aquellos que sufrían de esa manera, tenían los sentimientos mas nobles de lo que hoy se vive.

Si veía una película que estaba basada en libros, quería leer y ser parte de la historia, es como esa frase: "Colócate siempre en los zapatos de los demás"; vivía esa frase desde que tengo memoria, ganaba o perdía si la colocaba en práctica.

Creí que cuando ese sentimiento llegara colocaría en práctica lo que aprendí a través de películas, libros o historias basadas en la vida real. Lo tenia todo controlado. Creí que sabría que hacer en cada momento o que decir.

Pero no.

Porque lo que siento es algo inefable, sin importar cuanto haya podido sentir o experimentar en algún momento, cuando el sentimiento verdadero toca tu puerta, es inefable.

Si es que es verdadero.

No puedes explicarlo, no encuentras una manera de hacerlo.

Asi que, cierro mis ojos y dejo que el viento acaricie mi rostro, inhalo y exhalo varias veces para controlar la ansiedad.

Empiezo a rememorar todo y es como si sintiera esa explosión de emociones, una vez más.

Y entonces... solo entonces, puedo abrir mis ojos y lo se.

Mas bien, creo que siempre lo supe.

No puedo escapar.

Se acabo.

Tengo que enfrentarlo.

No puedo ser cobarde.

Enfrentar lo que sentimos es tan agotador, pero sin importar cuanto tiempo lo pospongamos, tarde o temprano tenemos que hacer frente, como ahora.

Inefable, porque el amor verdadero toco mi vida y el sentimiento es mucho mas de lo que puedas escuchar, ver o leer.

Miro a través de la ventana y susurro: "Hay una historia de amor escrita para mi"

Todos tenemos una historia de amor escrita, a veces conocemos a esa persona y no estamos aun en el punto de iniciarla, pero de alguna manera se inicia previamente. Asi me sucedió a mí, conocí a Will cuando aun estaba en un proceso conmigo misma y su llegada a mi vida solo fue un clic o alarma de que la historia de amor se estaba empezando a escribir.

Y ahora es momento de responder la pregunta que en ocasiones me hizo.

¿Lo puedes sentir?

Si, ahora estoy segura.

La historia de amor que Dios escribió para mí, toco mi vida y puedo estar segura de que el momento llego. 

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora