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PRETENDING EVERYTHING'S ALRIGHT IS DETENTION

Las nalgas de Yoongi eran el perfecto lienzo para ser marcado y maltratado de la forma más hostil posible

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Las nalgas de Yoongi eran el perfecto lienzo para ser marcado y maltratado de la forma más hostil posible.

Y Jeongguk lo había comprobado, había pasado veinte minutos con el mismo mecanismo, violentar a Yoongi con sus manos, tocando sus zonas más sensibles, llenándolo de marcas violacelas y marcando su bello durazno con sus manos cada vez que esté abría la boca para hacer otra que cosa que no fuera gemir.

Llevándolo al límite y cada vez que sentía correrse apretaba su glande negándole el permiso de correrse, jugando con él.

Yoongi estaba perdiendo las fuerzas, se resignaba a seguir, pero su libido estaba en un nivel tan alto que no iba a parar hasta tenerlo dentro.
Su mejilla dolía al tacto de la fría madera y podía sentir el ardor en muchas partes de su cuerpo, de sus mejillas caían las lágrimas y su vista estaba nublada debido al placer, el dolor y el llanto.
Se sentía asfixiado y con un nudo en el estómago que en cualquier momento soltaría su bilis.

Pero es que las manos del contrario lo tocaban de la manera más experta, que jamás nadie lo había hecho, sería un estúpido sí no deseará y buscará por más.

—Por favor— murmuró con la voz hecha un hilo — solo un poco... déjame descansar un poco...

—¿Por qué? ¿No puedes aguantar?— otra nalgada impactó en la nalga del menor pero ahora no era su mano quien lo proporcionó, Jeongguk se alió con una regla de madera que estaba haciendo sufrir de placer a Yoongi.

Su mano se dirigió a su pantalón el cual bajó hasta las rodillas comenzando a restregar su bulto en la palpitante entrada de Yoongi, que ahora se había tornado rojiza —¿lo quieres pequeño? ¿Lo deseas?— cuestionó palpando con sus dedos la piel que recorría la médula espinal de Yoongi haciendo crispar al más pequeño.

—Te lo ruego— mordió su labio y miró había arriba pidiendo piedad a quien quiera que se encontraba ahí.

Movió sus caderas en forma circular sobre la erección de Jeongguk.

—Papi, te quiero dentro.

Jeongguk tanteo la entrada de Yoongi quien se movió ansioso —Te admiro Yoongi, estás tan estrecho aquí, es increíble, porque... yo también sé los rumores—Yoongi pudo escuchar los chasquidos de la piel rozando, indicando que la ropa interior del mayor había desaparecido, relamió sus labios ante el pensamiento de que estaba a punto de ser penetrado por su profesor —sé que eres una pequeña puta... No me imagino cuántos hombres han pasado por aquí—tomó de los cabellos a Yoongi y luego se inclinó sobre el cuerpo frente a él metiendo solo el glande de su polla en el interior de Yoongi quien ahora gemía sin control alguno, pensando que toda esa anticipación había valido la pena.

—mmhum...

Soltó su cabeza la cual fue directo a la misma posición y de una estocada el miembro de Jeongguk impactó el interior de Yoongi, que gustosa, apretó su hombría. El sonido que salía de la boca de Yoongi era de los sonidos más gloriosos que alguna vez pudo escuchar, alentándolo a seguir con su bestialidad—hare que nunca olvides mi nombre— tomó el trasero de Yoongi para golpear con más fuerza, atacando aquel punto que llevaba a Yoongi al borde.

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