Crecer contigo - Minchan. ADAPTACIÓN

♡ Parte única ♡

De los labios de Minho nunca creyó haberlo escuchado decir que lo amaba, aún teniendo un poco más de un año siendo pareja. Múltiples veces le había dicho que lo quería, pero eran de esos que uno dice en broma.

No es como si no lo quisiera. Para nada. Y esa conversación ya la habían tenido varias veces, siempre empezando con Minho enojado consigo mismo por no poder darle a su maravilloso novio el amor que realmente merece. Y Chan solo atinaba a abrazarlo y dejar pequeños besos alrededor de sus mejillas buscando calmarlo.

— No tienes que presionar tus sentimientos —solía decirle en momentos como estos —, te esperaría hasta el final de los tiempos y aun así no sería necesario que me digas simples palabras como esas.

Se sentía muy agradecido que, a pesar de lo frágil que tenía su corazón cuando se conocieron, Minho le diera una oportunidad para enseñarle lo que realmente era el amor sincero, de aquel puro sentimiento capaz de transformar un seco jardín en un viviente y hermoso prado.

Y quería creer que su brillante sol estaba comenzando a iluminar.

Pero hubo una vez, no tan presente en la mente de Chan por haberse dormido tan rápido, en la que Minho creyó haber empezado a creer en el amor. Y él sí que recordaba ese día.

Era un lluvioso sábado. No era su tipo de día favorito, pero agradecía tener un respiro para quedarse en casa y ver películas o jugar a videojuegos. Aunque para su mala suerte, se veía obligado por Hyunjin a moverse de su cómoda cama para ir a hacer un trabajo. Con lo fácil que es hacerlo virtualmente, pensó.

Al menos le daba de comer. Pero, a pesar de la comida gratis y las habituales burlas que Jeongin hacía en contra de Hwang, ese día no lograba sentirse bien. Y es que, por alguna razón, pareciera que el universo estaba totalmente en su contra.

—Amor, ¿estás bien? —Había susurrado Chan luego de una hora de trabajo, notoriamente preocupado por la extraña actitud que el menor estaba teniendo. No recibió más que un encogimiento de hombros y una mueca de desinterés por parte del menor, quien continuó trabajando en su parte, lo que no ayudaba en nada a su preocupación.

Por otra hora y media más, la mirada de Bang se posaba cada tanto en su novio para asegurar que su ya mal humor no empeore, agradeciendo el hecho de que ya estaban por terminar el proyecto.

Y las cosas mejoraron cuando, en menos de cinco minutos, el plan que había ideado para alegrar a Minho ya estaba en marcha, empezando cuando el objetivo aceptó ir a pasar la noche a su casa. Despidiéndose de los otros dos chicos y pidiéndole prestado a Hyunjin un casco de bicicleta, salieron hacia la moto del mayor en una carrera para tratar de mojarse lo menos posible, fallando fuertemente en subir y ponerse la protección en tiempo record.

Los brazos y cabeza de Lee ligeramente se apoyaban en el cuerpo del rubio y, aunque sentir ropa mojada no era de sus cosas favoritas, se perdió en la tranquilidad que le proporcionaba el sonido de la lluvia y la simple presencia de Bang, quien tarareaba una canción que no podía terminar de reconocer.

Le costó asimilar lo rápido que habían llegado que, cuando se quiso dar cuenta, ya se encontraban frente a la puerta tratando de entrar para no enfermarse.

—Ve a bañarte que te llevo ropa, —dijo Chan, — tomate el tiempo que quieras.

Minho asintió mudo y se dirigió al baño dejando un camino de agua por todo el pasillo. El mayor lo vio desaparecer por la puerta y emprendió camino hacia su cuarto en busca de ropa para ambos. Cuando terminó de entregarle las prendas, encaminó hacia el baño de sus padres para poder bañarse lo más rápido posible, pero se vio distraído por la calidez del agua, perdiendo mínimamente quince minutos.