Ese veneno llamado AMOR

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Amar puede ser la sensación más maravillosa del mundo, para mí, así lo fue. En cada instante que vivimos juntos, cada risa, cada abrazo, cada beso antes de dormir.

Cada momento a tú lado fue una montaña rusa de emociones. Cada día era una nueva aventura, en cada momento que pasamos juntos siempre había algo nuevo por descubrir.

La vida está hecha de instantes, esos que se quedan en la memoria eternamente.

Pero el tiempo no perdona, el tiempo camina sin descansar y, así mismo, el tiempo tambien puede ser olvidó. No importa lo mucho que te aferres a el, no hay forma sensata para detenerlo, puedes buscar la manera de retrasarlo y aún así, siempre seguirá su curso.

Esos instantes a tu lado en los que el tiempo era la menor de mis preocupaciones, esos instantes en los que veía perfección, los que no imagine que podian terminar.

Pero todo termina, y terminas con el corazón roto, con un dolor latente a cada momento. Pensando ¿Que hice mal?

El amor, el verdadero amor, siempre es maravilloso (y doloroso) y aún así hay quienes lo persiguen eternamente, o lo encuentran y simplemente lo dejan ir por miedo, por inseguridad, por no tener la suficiente fé o coraje para continuar.

Están aquellos que viven escondiendo su propio corazón, que enmascaran su sufrimiento con una total apatía, siempre escondiendo su verdadera cara, huyendo de su propia felicidad, transformando su propio amor en miseria. Miseria para ellos mismos, miseria para quien les ama.

Por otro lado, están aquellos que aman sin reserva, sin importar cuánto dolor pueda causarles, aquellos que dan todo, que aman a pesar de lo mucho que pueda doler.

Y justamente así fue como te amé, sin reservas, sin importar cuánto dolía o iba a doler, sin importar que tú no pudieras ver más allá y entenderlo. Así fue como te amé.

Y fue gracias a ese amor y todos esos instantes, que me perdí, me perdí en un amor que nunca fue correspondido, me perdí en un amor que para mí fue real, pero para ti no existió.

Y si acaso existió no veías más allá de lo evidente, de tu propio corazón tan marchito, adolorido y consumido, de ese corazón que no tenía la capacidad de entender que era tan frágil y cobarde, que no tenía realmente amor que dar.

Estos instantes son para ti, son para mí y son quizá los mejores recuerdos que siempre estarán presentes, sin embargo, como el tiempo no se detiene, en algún punto serán solo eso.

Instantes.

800 instantes a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora