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━━ LA CABEZA DE LEEN había dejado de sangrar, así que eso era un alivio, pero aún no recuperaba el conocimiento, y eso tenía a Daryl claramente inquieto. Él la acomodó con cuidado sobre una cama en la casa rodante, su mandíbula apretada mientras murmuraba algo ininteligible para sí mismo y agradeció mentalmente al joven que la había ayudado, aunque jamás lo admitiría en voz alta.
— ¿Cómo está ella? — preguntó Glenn, apareciendo detrás de él con las manos ocupadas y una expresión de miedo.
Daryl lanzó una mirada fugaz por encima del hombro, su tono áspero como siempre. — ¿Cómo crees que está?
Glenn ignoró el sarcasmo, optando por un tono más práctico. — Claro. Traje el botiquín de primeros auxilios que estaba en su mochila... y una toalla limpia para la herida. Podría ayudar a mantenerla cubierta y... bueno, ya sabes, limpia. Todo me lo entregó Jayden por cierto...
Sin decir una palabra, Daryl tomó los artículos de manera abrupta, como si cualquier muestra de gratitud fuera un lujo que no podía permitirse en ese momento.
Sus manos, aunque ásperas, se movieron con cuidado al apartar mechones de cabello ensangrentados del rostro de Rosaleen. — Él hizo un buen trabajo con ella. — comentó, como si tratara de llenar el incómodo silencio. Daryl soltó un gruñido apenas audible, un sonido que podría haber pasado por aprobación.
— Sí.
Antes de que pudiera continuar, el sonido de pasos anunció la llegada de Rick y su familia detrás, su expresión seria pero conciliadora. — Sé que este no es el mejor momento, pero necesitamos tu ayuda para buscar a Sophia. — dijo, con la voz teñida de urgencia. — Hay que regresar al lugar donde la dejé. Quizá puedas rastrearla desde ahí.
Daryl miró a su hermana, claramente dividido entre quedarse y salir. Finalmente asintió con un gesto brusco. — Bien.
Rick sonrió de manera tensa. — Gracias.
Notando la duda en el rostro de el cazador, Lori dio un paso al frente. — Mi hijo y yo cuidaremos de ella. No te preocupes. — Después de un instante de vacilación, Daryl asintió y se inclinó sobre Rosaleen, besando suavemente su frente. Un gesto lleno de ternura que contrastaba con su usual dureza, aunque no sorprendió a los demás, quienes ya conocían ese lado protector del cazador.
Horas después de que Daryl saliera con el grupo de búsqueda y los Grimes se quedaran de guardia, Rosaleen finalmente abrió los ojos: Un dolor agudo le atravesó la cabeza, haciendo que soltara un leve gemido mientras intentaba incorporarse. — Tranquila. — dijo Lori con suavidad, inclinándose hacia ella. — Estás despierta...