𓇋Leigh y heist𓇋

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Suspiro por ultima vez antes de mirar la figura que se refleja en el espejo, una castaña con los ojos tan negros como las sombras. El maquillaje que lleva esconde su pálido rostro, el delineador negro resalta al igual que las sombras neutras que fueron usadas en el. Sus labios están de un rojo intenso, no es que a ella le guste el color... a el le gusta... A su madre igual. Es algo irrelevante que no muchos notaran pero el si lo hará, en su cuello reposa un collar que alguna vez perteneció a su fallecida madre.

Rubíes rojos que iban perfectos con sus labios resplandecían en el collar, otra referencia se podría decir. Un poco mas abajo llevaba un vestido blanco intercalado que cada ves se volvía mas negro hasta llegar a un negro puro en las puntas de el mismo, en la parte de arriba llevaba un escote de mangas caídas con bordados dorados por doquier, ramas que conectaban con otras hasta llegar a la parte de la falda donde era dividida por un cinturón blanco conformado por flores de tela doradas y negros que dividían la parte superior de la caída de la falda estilo princesa pero sin demasiado volumen que seguían las ramas de bordados dorados.

Le daba un toque de oscuridad.

Un toque que compartían ellos dos; la misma oscuridad.

La chica en el espejo se coloco el largo velo a duras penas, decidida que hoy lo haría. Dejaría de ser quien fue para convertirse en quien era en realidad. Era la misma oscuridad que ninguno quiso ver en ella. Era imperfecta... era Leigh Fleming y pronto Stein ... Era yo.

Me reí de mis propios pensamientos antes de sostener los costados de mi vestido para salir a la sala. Ya todo estaba comenzando solo esperaba la indicación de mi padre quien seguro estaría bajo las escaleras esperando para que salgamos al jardín donde se realizaria la boda.

Mi corazón bombea con intensidad a cada paso que doy hacia las escaleras, deseo tanto que mi madre este aquí que siento que una lagrima caerá en cualquier momento. Me resigno a llorar y sigo caminando con la frente en alto.

Cuando llego al pie de la escalera frunzo el seño al no ver a mi padre, miro a mi alrededor buscándolo, pero no hay rastros. Mi mirada viaja hacia la puerta por donde tenemos que salir y puedo ver por el cristal que ya muchos están sentados esperándonos mientras hablan felizmente. Mi nerviosismo sube y juro que estaba apunto de desmayarme pero una voz a mis espaldas llama mi atención.

― Ella uso uno parecido ― me giro para contemplarlo, es la primera vez que lo veo con esa expresión, siempre hay una seriedad o sarcasmo en ella hoy puedo ver nostalgia o algún tipo de tristeza que los de su especie experimenten.

― Lo se ― respondo dejándonos en un silencio tenso ― Gracias por venir ,Mason

― Apenas hace unos días me entere de que se casarían, supongo que tu me invitaste.

― Si, puede que Heist aun este resentido pero sea lo que sea que le hayas hecho te perdona, y quiere que estés aquí aunque no lo demuestre.

― Heist siempre fue terco, incluso cuando se trata de sus sentimientos.

El silencio nos rodea incómodamente para mi, el me mira de arriba abajo como si buscara algo nuevo o algún detalle que no noto la primera vez que lo hizo ― Supongo que Heist tiene suerte de encontrar otro monstruo como el ― cualquier persona normal se hubiera enfurecido o incomodado con el comentario pero sabia que Masón no lo decía con esa intención.

― Gracias― digo seguido de un asentimiento.

― Bueno... ¿Entramos o aras que todos se aburran y se vallan a sus casas? por que estoy comenzando a hacerlo. ― frunzo el seño ante su petición.

Casamientos que todos queríamos ver.Where stories live. Discover now