Tristeza

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Cinco meses después.

Perú se bañaba en las aguas oscuras del Amazonas, estaba hechado sobre estas dejándose llevar por las aguas tranquilas.

Su marca cada vez se notaba más borrosa .

Y no , no estaba desapareciendo.

Los lindos ojos dorados del jovencito solo mostraban tristeza y melancolía.

Nunca iba a poder deshacerse de esa marca.

La respuesta de la anciana mujer fue dolorosa para él.

No podían deshacer de aquel vínculo, ya que el alfa dominante que lo marcó era un enigma .

Enigma: rey de reyes .

Tampoco podía volver a casa porque si lo hacía, por derecho le pertenecía a la familia del alfa.
Según las leyes ;podría estar esperando un heredero y no sería nada bueno que este careciera de necesidades.

Otro dato doloroso era que su celo era exclusivo.

No importaba con cuantos alfas estuviera en su celo , estos a menos que no sean de la misma especie o rango de su alfa no podrían hacer ningún efecto en él.

Los supresores eran en vano .

Gracias al tratamiento de hierbas medicinales podía hacer que su celo fuera soportable y no perdiera la razón, pero igual aquella marca borrosa volvía a relucir como nuevo cada mes, recordándole a quien pertenecía.

Incluso en esos momentos entre sus piernas deseaba que su alfa llegara y lo tomara como siempre solía hacerlo .

Hacía calor .

Detuvo su nadado para ir donde su choza .

Sus piernas temblaban.

No dudó ni un segundo en votarse en la cama y abrir sus piernas.

Esos ojos azules .

Esa boca .

Esa larga lengua.

Chupó sus dedos pensando en él.

Su entrada le pedía urgentemente ser atendida por su alfa .

Introdijo sus dedos, estaba completamente excitado y empapado .

— U-Usa ~ ...mmgh~ —

Era horrible todo lo que le estaba sucediendo,pero no podía evitarlo.

Su celo era tan desastroso cuando iniciaba y cuando terminaba .

Menaba las caderas imaginando que era el rubio quien le hacia todo eso ,su mente viajaba a todas las veces que tuvo relaciones sexuales con él.

Era en cierto modo vergonzoso hacerse todo eso .

Se sentía impúdico y pervertido.

De sus ojitos salían lágrimas.

No quería admitirlo pero realmente se arrepentía de haber matado a su alfa .

Lo necesitaba .

Necesitaba sentir su aroma , sus besos , sus atenciones.

Aceleró las embestidas de sus dedos.

— Ah ~ Usa! —podía sentir su interior aplastar sus dedos , mientras gritaba el nombre del alfa que lo marcó.

Lo bueno era que estaba en la selva y nadie podía escucharlo , solo el bosque y los animales .

— Ah ~! Usa ! Ah! —

Todo los intentos de calmar esos arranques de calor eran agotadores.

Iba a tardar demasiado.

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