Don't Tell The Police... [Tsukasa X Tu]

<< Dai Yoshiko, a pagar>>

la chica iba segura de si misma, su cabello bicolor ondeaba y jugueteaba alrededor de su atuendo, iba con una blusa manga corta, una chaqueta negra, unos shorts con pantimedias totalmente negras y la maleta que llevo a aquella cita con Tsukasa, llego a una sala de recepción de denuncia junto con sus padres, el rostro de la muchacha reflejaba noches de desvelo en lagrimas, un profundo asco a su cuerpo y parecía una simple ermitaña sucia y deprimida que no salía de su cuarto por vivir llorando o jugando, cualquiera que la viera exclamaría: "pobrecita, ¿Quién sabe que sufre la pobre jovencita?". Mas sin embargo si realmente se le conocía sabrían que con esa apariencia ella estaba tras esa apariencia triste esta ocultando unas grandes carcajadas de burla que lanzaba al mundo

Llegaron con un recepcionista el cual atendió a sus padres de manera amable y atenta mientras ella estaba en una silla abrazando sus pierna y llorando, ella se había esforzado por llorar, después de todo tenia que fingir  una fuente invadió su mente como si una gran tormenta tortuosa se tratara, también el recuerdo de esa casi violación, aunque por cierta parte estaba feliz ya que sentía que por fin después de todos sucesos de abuso sexual pudo hacer algo para defenderse y evitarlo y que una de esas ratas pagaría hasta las máximas consecuencias

Sus padres se aproximaron a ella junto con el oficial, la chica levanto su vista con una mirada amarga sin quitar su posición, frunció sus labios y sus ojos de achinaron de madera triste, llevo su mirada que helaba la sangre a sus padre y posteriormente al secretario, separo sus piernas y las fue poniendo en el piso lentamente, mirando estas mismas, seco sus lagrimas rápidamente y se levanto siguiendo al secretario con la mirada gacha mientras sus padres se sentaban en la sala de espera  

El secretario dio paso a Koemi a un cuarto oscuro únicamente iluminado por una lampara que se encontraba en el centro del pequeño cuarto, se encontraba una mesa algo larga con un par de botellas de agua encima, estas eran enanas, también habían un par de silla una frente la otra.

se sentó en un extremo con sus manos entre sus piernas y su mirada gacha, al escuchar la puerta abrirse de nuevo dirigió su mirada hasta al proveniente del sonido, se encontró con un oficial de policía quien seria el encargado de llevar a cabo su denuncia, su mirada se centro en el hombre con una mierda que desgarraba el alma de cualquiera 

-Hola Koemi, ¿Cuál es tu nombre?- la soltó una leve risa que parecida estar algo quebrada

-Acaba de Decir mi nombre, ¿Por que lo pregunta?- decía entre risas cosa hizo al oficial sonreír

-pero por lo menos te hice reír y no te ves tan triste como te veías antes- contesto aquel hombre dirigiéndole la mirada mas dulce que tenia a la joven Koemi quien se había animado mas 

-Cuéntame pequeña, ¿Qué sucedió en tu colegio?- ante la pregunta la chica se quedo sin habla, aclaro un poco su garganta y tosió 

-Un muchacho- se detuvo pues un nudo en su garganta surgió, las lagrimas resbalaron por sus mejillas otra vez, las seco rápidamente he intentó hablar con todo y nudo en la garganta - Un muchacho intento abusar de mi, e-estoy contenta de que no pasara nada lo que realmente me preocupa es lo que si hizo con el resto de mis compañeras...-

-¿Que crees que le hizo a tus otras compañeras?- pregunto el hombre colocando sus antebrazos cobre la mesa con una expresión intrigante es su rostro, acomodo sus lentes y siguio escuchando 

-las violo...-

En la academia Kamome las oficinas de secretaria están hechas un alboroto unas 8 niñas empezaron una protesta, algunos se unían solo para faltar a sus clases con una excusa valida, y otros realmente se unían porque apoyaban la causa "Dai Yoshiko, a pagar" , en la entrada de la academia un montón de chicas y chicos de diferentes edades poseían un saco rodeando sus caderas, y se tomaban las manos gritando aquella frase, algunos traían incluso pancartas, los profesores no intervenían, sabían el porque era y algunos lo apoyaban pero no se atrevían a unirse a la gran horda de estudiantes que exigían justicia