Prólogo.

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El peli azul suspiró sonoramente y talló su rostro con sus manos. Su silencio había sido peor que cualquier sermón, cualquier golpe o cualquier palabra de odio que haya salido de sus resecos labios.

Él había planificado eso y se había preparado mentalmente para cualquier reacción violenta de su marido. Pero, en cambio, este solo se quedó callado. Sin soltar al menos una respiración sonora. Y divisó como sus ojos se enlagunaban lentamente, hasta que una lágrima recorrió de pálida mejilla.

Y ahora no sabía qué hacer.

Entró en la habitación haciendo el menor ruido posible, observando cómo el peli gris se encuentra en su lado de la cama, dándole la espalda. Este se cambió rápidamente de ropa por un cómodo conjunto y suavemente entró bajo las sábanas, también dándole la espalda a su pareja. Y solamente apagó la lámpara sin decir nada.

—Lo haré —susurró después de un largo rato el peli gris, con voz rota.

—¿Qué? —preguntó extrañado el peli azul.

—Te voy a firmar el divorcio, YoonGi. Y puedes quedarte con todo. Yo no quiero la mitad de nada, solo pido llevarme a los niños conmigo.

—Escucha, KiHyun yo...

—Nada. Eso es lo que pido, solo quiero llevarme a los niños conmigo. Me iré a vivir de vuelta a Goyang.

YoonGi solo soltó un fuerte suspiro. Sabía que reprocharle ese privilegio a KiHyun era algo que no debía hacer. Cumplir su voluntad era lo menos que podía hacer.

Después de todo, el rompió su corazón. Y aparte de eso lo cambio por otra persona.

—Está bien... como tú desees.

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—Se van a separar —susurró el castaño mientras organizaba sus figuras de acción en su baúl de la madera.

—N-No digas eso, ChangKyun... ellos se am-

—No, JeonGguk, ya no. Ya no se aman. Appa YoonGi tiene a otra persona —dijo con voz dura.

—¿C-Cómo sabes eso? —preguntó con voz temblorosa el más pequeño de ambos.

El castaño cerró su baúl y se acercó al azabache que se encontraba sentado en el borde de la cama, mientras abrazaba un tierno conejo de felpa. Este se sentó su lado y suspiró suavemente, mientras acariciaba la cabeza de su hermanito.

—Hace unos días escuché a papá llamar "cariño" a otra persona, y ese no era appa KiHyun. Se llama JiMin. Y estoy seguro que el ama ahora a esa persona —suspiró fuertemente y observó sus pies distraídamente. Con melancolía.

El azabache, al borde de las lágrimas, abrazó fuertemente su peluche y empezó a llorar en silencio. Sintiendo como su hermano lo abrazaba con compasión y hacía mimos en su cabello.

—No quiero quedarme con papá YoonGi, él va a vivir con su nueva pareja y yo me niego a decirle papá a otra persona que no sea papá KiHyun —suspiró suavemente claramente con melancolía.

El azabache asintió ante la propuesta de su hermano y se abrazó con más fuerza a él, mientras sollozaba suavemente.

Mientras los hermanitos lloraban juntos, uno de sus progenitores se encontraba observándolos por la grieta de su puerta semiabierta. Una lágrima se deslizó nuevamente por la pálida mejilla de KiHyun, haciendo ese conocido recorrido. Este cerró sus ojos intentando retener sus lágrimas.

Ese día había llegado. Ese día que tanto temía. YoonGi ya no le amaba como el suele hacerlo. Ahora todo está perdido.

Se alejó de la habitación de los dos infantes y se dirigió a la suya, donde YoonGi se encontraba sentado. Observando su teléfono despreocupadamente

—YoonGi —susurró KiHyun, mientras solo asomaba su rostro por una grieta de la puerta, ya que no la abrió completamente.

El peli azul despegó su mirada del teléfono y lo guardó mientras miraba un poco preocupado a KiHyun, por su imagen vulnerable y rota.

—¿Pasa algo?

—Antes de que yo me vaya a Goyang... ¿podrías hacer algo por mí?

—Claro, lo que sea.

—Quiero que en estos últimos cinco días me regales un abrazo. Solo eso pido. Dame un abrazo cada día.

"Así, me llevaré de recuerdo cada momento hermoso cuando ambos nos encontrábamos juntos" pensó el peli gris con melancolía. ❞ 

When Were We Together | YoonKiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora