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Neji los observaba con escepticismo, no creyendo lo que decían, optando por ignorarlos y esperar a que dieran las indicaciones.
–¡Vamos, Neji! Él la vio. - levantó una ceja que denotaba su incredulidad.
Naruto se mostraba temeroso por lo escuchado, mientras el Hyūga se exasperaba y comenzaba a desesperarse, deseando terminar con la misión y regresar a la aldea.
–Es una tontería, Naruto. - dijo cruzándose de brazos.
–No lo es. - el aldeano refutó con seguridad. –Es una leyenda muy popular aquí. Personas han sido testigos y presenciado desapariciones y muertes.
Neji desvió la mirada, no deseando ofender a los originarios de ese lugar diciéndoles que de seguro eran falsedades y los demás solo buscaban popularidad o llamar la atención.
–Bueno, chicos, nos quedaremos unos días más, al parecer ha habido unas desapariciones estas últimas fechas, que fastidio. Investigaremos un poco el asunto, ¿les parece? - preguntó Shikamaru sin esperar una negativa.
Neji asintió mientras escuchaba a Naruto quejarse, ya que no deseaba seguir en ese "pueblo maldito". Shikamaru suspiraba en el momento en que el Uzumaki le contaba la historia y el castaño optaba por alejarse un poco, buscando algo de paz y silencio.
El pueblo estaba casi desierto, había pocas tiendas comerciales y la mayoría de las personas se mantenían en sus hogares. Neji tuvo que darle la razón al rubio al decir que parecía un pueblo fantasma, pero aún así, no aceptaba esa historia, porque para él, era solo eso, una historia más para asustar a los niños y evitar que salgan de casa.
Siguió avanzando, detallando la aldea y buscando alguna persona a la que pudiera cuestionar sobre las recientes desapariciones y muertes sin explicación, claro, esperando encontrar a alguien serio que no le fuese a salir con mitos o leyendas sobre un fantasma asesino.
El clima comenzó a hacerse más helado, sorprendiéndose un poco al poder ver el vapor que provocaba su respiración. Se detuvo y regresó la mirada al camino... no había nadie. Podría jurar que había visto a al menos cinco personas cerca, pero ahora se encontraba completamente solo.
Que extraño lugar.
Sintió la presencia de alguien a su espalda, poniéndose alerta, tomando un arma con sutileza, pero cuando se volteó... seguía sin haber nada ni nadie.
–Neji Hyūga. - sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal al sentir el aliento rozar su cuello y oreja. Esa voz a su espalda había sonado sombría y falta de calor, asociándola con una fúnebre sensación que le impedía moverse.
Cerró sus ojos y movió la cabeza, negándose a creer que eso había pasado, pensando que estaba dejando que Naruto y sus miedos lo afectaran hasta el punto de estarse imaginando cosas.
Baka.
Alzó su mirada al cielo poblado de nubes, mostrando amenaza de lluvia. Suspiró y regresó su mirada al camino por un segundo, visualizando a una persona en éste. Frunció el ceño y en un parpadeo la imagen desapareció. Él hizo ademán de dirigirse hacia ahí, pero la voz de Naruto lo detuvo.
–¡Neji! ¿Por qué desapareces así? ¡Me asustaste, pensé que algo malo te había pasado! - el Hyūga dibujó una mueca.
–Solo fueron unos minutos. - el Uzumaki frunció el ceño y negó.
–¡¿Cómo que minutos?! Fueron horas, Neji, al menos 3, mira, ya está anocheciendo. - el castaño se extrañó al escucharlo, pensando en qué momento había perdido la noción del tiempo. –Anda, vamos, es hora de dormir, si es que podemos en este lugar. - añadió quejumbroso, abrazándose a sí mismo. –No recuerdo que estuviera tan frío aquí. - la voz de Naruto se iba alejando, mientras Neji seguía en su lugar, dirigiendo su mirada, una vez más, hacia donde había visto a la persona. –¡Nejiiii!