Cap 1: La carta dorada.

14 0 0
                                    


 Hola, soy Cristian, puede ser que te preguntes como cajones es que estoy disfrazado de un caballero en Uruk con mis amigos, Aranda, vestido de Deu de la mort, Berbel, ahogándose en una fuente con su yokai raro, Andrew está tumbado con el culo en pompa en escala de grises y me estoy enfrentando a un antiguo rey de hace la tira de tiempo.

Bueno, eso tiene solución, ¿Qué os parece si comienzo desde el principio?

...

Tampoco hace falta tanto entusiasmo, mi querido público. Aunque visto lo visto, mucho interés no hay, pero lo contaré de todos modos, mirad, todo empezó cuando...

-¡Esta vez sí!-Gritó Luis saltando rebosante de alegría, finalmente estábamos listos para poder ir de viaje por España.

¡Sí! Finalmente podremos viajar en grupo. Pensaba que nunca lo lograríamos.

-Yo tampoco.

Aunque, pensándolo bien, mucha gente no puede, o sea, me sorprende que Aranda y Berbel puedan, pero que Dani no pueda es un poco lamentable.

-Ya, pero es que está en Asturias y se ve que se va a quedar por el resto del verano-Suspiró Luis

Máximo tampoco puede, ¿no?

-Correcto, está en Santa Pola y no parece que se vaya a poder escaquear esta vez.

¿Por?-Dije mientras me llevaba una mano a la barbilla.

-Entre el trabajo que le dan sus padres y su novia no puede hacer mucho más.

Bueno, supongo que es lo que hay.-Suspiré

-Ya, pero bueno. Bianca tampoco puede.

Sobra mencionarla, está en Rumania y seguramente no vuelva hasta el mes que viene o así.

-Ya. ¿Reneox viene?

Andrew sí, me sorprendió bastante, pero sí. Ah y Alberto también.

-¿También? Pero si no puede ni salir de su casa sin móvil.

Hablando de móviles, Berbel me ha dicho por el móvil que ya está en plaza para comprar las cosas para el viaje.

-Bien, iré con Alberto a mirar un puñado de cosas y a preparar el Sargantana 36.

Guay, pues nos vemos mañana en la cena para celebrar, ¿no?

-Exacto, venga nos vemos.

Acto seguido, Luis se levantó y se marchó por la puerta de mi casa. El tiempo comenzaba a apremiar, Berbel ya estaba en plaza y teníamos que comprar diferentes cosas para el viaje. Me tocó con Berbel por sorteo, dado a que el previamente mencionado decidió poner nuestros nombres en una aplicación de ruleta que hizo en Python con el fin de formar parejas para comprar cada cosa del viaje.

Por suerte, a mí y a Berbel nos tocó el entretenimiento, a diferencia de Reneox y Aranda que les cayó los recambios para la frago y nos tocó dar una clase exprés sobre que tenían que comprar. Me tomé un tiempo, muy poco, para mirar mi habitación que, aunque pequeña, ha dado juego a nuestro grupo por ya 7 años o así, suena poco creíble, pero me alegro de que el grupo siga en pie.

Dejando de lado la nostalgia, me preparé un poco más en tiempo récord y corrí hacia la Plaza Madrid. Tal como era de esperar, el círculo satánico de al lado del instituto y el cole seguía como siempre, las palmeras tan poco cuidadas como siempre, el suelo con sus constelaciones grabadas como los temas que tuve en Selectividad, los bancos, si es que se le pueden llamar bancos seguían blancos aunque tremendamente desgastados.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 11, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Casa Cristian Bizarre Adventure-Illicitan CrusadersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora