Harry suspiró realmente cansado. Habían terminado sus años de libertad hace mucho y ahora, como rey de Arcadia, debía ejercer como tal.
Había sido coronado hacía un año y seis meses, su gente lo adoraba y su padre estaba muy orgulloso de su hijo. Arcadia era un buen lugar donde vivir y comenzar una nueva vida, todos adoraban vivir allí y la felicidad y comodidad eran altas.
Pero últimamente tenía un dolor de cabeza que lo martilleaba todos los días. Hacía que el alfa se sintiera exhausto, irritado y muy malhumorado. Cada vez que sus consejeros u otros monarcas lo mencionaban, Harry simplemente se levantaba de su silla y dejaba a todos con la palabra en la boca, totalmente callados.
El problema era que no tenía un omega, y mucho menos un heredero.
El problema de ser el hijo del rey que mejor ha gobernado en toda la historia de Arcadia, era que Harry debía seguir cada uno de sus pasos. Su padre conoció a su madre cuatro meses después de ser coronado, y Harry llevaba un año y seis meses sin un solo omega.
No es que no tuviera sexo, claro que lo tenía. Mucho, con diferentes omegas, se metía en la cama de muchos. Era un buen rey y un buen amante, y adoraba tener al menos esa poca libertad.
Su padre, ya cansado de su actitud tan infantil a sus veintiocho años, lo mandó una semana al Norte, para que se divirtiera un rato. Según el plan de James, padre alfa de Harry, su hijo dejaría allí todo su deseo carnal y explosivo y volvería para ser un buen rey y gobernante.
Ese era el plan, en principio. Por supuesto que Harry no cambió.
Harry fue con Ron de viaje, Ron era su guardaespaldas y su acompañante. Rieron, bebieron, se metieron en los pantalones de otros omegas. Les encantaba pasar desapercibido, sobre todo al rey Harry. Le gustaba que nadie supiera su identidad y que fuera tratado como alguien más, porque no estaba en el punto de mira y podía follarse todo lo que él quisiera.
Sobre todo, recuerda una increíble noche con un pequeño omega que exigió que fueran a un motel en vez de su hogar. Allí fumaron, tuvieron sexo desenfrenado y ese omega de ojos grises hizo que Harry se preguntara mil veces cómo un omega tan pequeño podía montar tan bien una polla.
Solo recordaba que su nombre comenzaba por D, y D se marchó por la mañana sin dejar una sola nota o algún número. Fue extraño, normalmente todos querían el número de Harry cuando llegaban al quinto orgasmo de la noche. Harry era asombroso en el sexo.
Decidió centrarse en el parlanchín de su consejero, Franz. Franz tenía su edad y lo conocía desde que Harry era un adolescente de dieciséis y Franz un chico de diecinueve. Ambos eran alfas y se entendían bastante bien, salvo en el tema sexual; Franz garantizaba que Harry algún día encontraría un omega y ya se acabaría toda esa historia de saltar de cama en cama.
Harry quiso reírse al recordar eso, pero se mantuvo sereno, con el ceño levemente fruncido fingiendo concentración su cara apoyada en su mano llena de gruesos anillos. Llevaba su cabello peinado de manera muy masculina y por su cuello se podían ver varios tatuajes realmente grandes con muchos detalles.
Sus cejas marcadas y rectas le daban un toque aún más serio y maduro. Su mandíbula era fuerte y desarrollada, y acompañada de esos ojos verdes y fulminantes, penetrantes, tenía el pack completo de alfa dominante.
Harry era muy intimidante, aún más si se lo proponía.
Levantó su mano y Franz se quedó callado al instante. Si el rey levantaba la mano, todos obedecían. Harry era muy buen rey dejando a un lado su hambre sexual, "Franz" Comenzó ", si los habitantes desean que se suba más la paga, así será."
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Prinz Harry [harco]
FanfictionHarry es el rey de Arcadia. Draco es un omega que trabaja en un pestilente restaurante, quien se ha acostado con Harry.