Capítulo dos

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Draco entró al apartamento y se encontró a Theo cocinando algo. Blaise siguió a Draco detrás de él, ambos habían ido al supermercado a comprar un par de cosas y Blaise definitivamente necesitaba acompañar a su amigo. Además de que Draco era su mejor amigo, era omega y estaba embarazado de Dios sabría quién, era peligroso que alguien tan vulnerable fuera solo por las calles de Ilamia.

Aunque, pensándolo bien, quien mejor sabe vivir entre esas calles era Draco. El omega sabía muy bien cómo amenazar a alguien y a quién temer o a quién no. Era como el maestro de la supervivencia nata en un reino tan peligroso y lleno de atracadores.

El omega dejó su abrigo a un lado y caminó por el diminuto apartamento. Era un muy pequeño apartamento que lo habitaban Theo, Draco, Blaise y pronto el cachorro que crecía en el vientre totalmente plano de Draco.

"Hey Theo, trajimos tus pasas raras." Llamó Draco, que leía el ticket de la compra. Frunció el ceño. "¿Quince dólares por un maldito yogurt helado?" Se quejó. "¿Es que uno no puede comer yogurt helado a las diez de la noche?"

Blaise, que cargaba las pesadas bolsas porque no quería que Draco ejerciera fuerza, las posó en el sofá. "Hiciste que ese pobre hombre encendiera la máquina, buscara los ingredientes, hiciera el yogurt helado y encima dijiste que era horrible."

"El yogurt no tenía la misma cara que en cartel."

Theo rodó los ojos. "Hay sopa para cenar." Avisó. 

El alfa gimió. "¿Sopa, de nuevo?"

"Sí. Draco necesita verdura y proteínas para el cachorro."

"Theo, tu sopa apesta." Draco lloriqueó. "En realidad sabe a ira y furia contenida." Reflexionó seriamente.

"Theo, vamos, ¿Dónde se quedó nuestro mejor amigo Theo el chef?" Blaise inquirió, deprimido porque la sopa de Theo era horrible. La hacía sin ganas, ni entusiasmo.

"Junto a la caja de mis sueños rotos, encima de la de las decepciones." Respondió relajado el beta, removiendo la sopa con una cuchara.

Blaise y Draco bufaron y dieron por hecho que ese sería su destino esa noche, morir por intoxicación por la sopa de Theo. Draco se frotó la barriga y miró las pruebas de embarazo que estaban sobre la mesa pequeña y enana de la sala de estar.

En realidad, hacía cuatro semanas, cuando Draco supo que estaba embarazado, fue todo un espectáculo digno de grabar. El omega lloraba en un ataque histérico, Blaise hiperventilaba y gritaba que no estaba listo para ser tío y Theo comenzó a trazar un plan para que el hombre de la renta no se diera cuenta de que Draco estaba embarazado y que no le cobreasen más cuando el bebé naciera. 

Pero al menos en algo coincidían, ese bebé iba a nacer e iba a estar con ellos.

No sabían ni cómo, ni cuándo, pero estaban seguros de que harían todo lo posible para que nada malo le pasara a Draco o al bebé. 

Draco sintió la inmensa y repentina necesidad de vomitar todo el yogurt helado que le había hecho preparar a aquel beta de la esquina. Saltó del sofá, se tapó la boca con la mano y huyó al minúsculo baño. 

Se podían oír las arcadas y el vómito de Draco desde la cocina y el salón (aunque en realidad todo estaba junto), Blaise hizo una mueca y fue a levantarse para consolarlo. Pero unos pequeños toques en la puerta lo hicieron detenerse y vacilar unos segundos.

"Theo, ¿puedes abrir tú?" Preguntó amablemente Blaise. "Draco está vomitando, creo que va a ponerse a llorar otra vez."

El Slytherin abrió la boca indignado y frunció mucho el ceño. Rodó los ojos. "Será Robert probablemente. Estúpido muggle." Siseó entre dientes, dejando su delantal y el cucharón a un lado. "Theo haz esto, Theo haz lo otro. Por supuesto, aquí está el criado para todo." Suspiró.

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⏰ Última actualización: Feb 02, 2022 ⏰

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