Es normal que las hermanas no se lleven bien y nosotras no éramos la excepción, además de ser total y completamente diferentes, al menos en los emocional y en los gustos. Mi hermana y yo somos físicamente gemelas idénticas, pero como ya dije aparte de tener la misma cara no podríamos ser más diferente, no nos mal entiendan nos queremos y lo que sea, pero hay cosas que simplemente no pueden ser un cuento de hadas. Ella es...era blanco y yo negro, ella es...era todo luz, alegría y armonía; yo soy algo más hardcore, salvaje y algo de mal humor. Básicamente ella era la niña buena de mis papás y yo soy la razón del porque consideran la escuela militar una opción. Ahora con esto en mente irán entendiendo porque soy la chica incorrecta y porque están leyendo esto.
Como ya dije mi hermana y yo no éramos lo que se decía unidas, pero había ocasiones que estábamos juntas, como era en nuestro cumpleaños y si alguna necesitaba de la otra, eran momentos nuestros, no interferían nuestros padres o amigos. Eran los pocos momentos en los que nos mostrábamos como en verdad éramos y hacíamos los que más nos gustaba.
Debo advertirles que es aquí donde la mayoría de ustedes cerrará el libro o se enganchará con la historia.
Cuando estábamos juntas practicábamos lo que muchos llaman magia, no es que tenga otro nombre, pero nosotras le llamábamos poner en práctica nuestro don, una o dos veces al mes nos reuníamos en una cabaña abandonada en el bosque... en realidad era una covacha donde unos pescadores guardaban sus herramientas, hasta que la temporada de pesca estaba abierta. Un día descubrieron a un par de niñas guardando estampas de Hello Kitty y chocolates snickers en uno de los estantes y decidieron que nos rentarían el lugar por 20 pesos al mes, conforme fue pasando el tiempo dejaron de cobrarnos y poco a poco fueron sacando sus cosas. A mi hermana y a mí nos gustaba la idea de que era una cabaña abandonada porque le sumaba algo más de misterio al lugar, conforme fuimos creciendo escuchamos mil historias sobre ella, la mayoría tenían fantasmas, asesinatos, violaciones, rituales satánicos, drogas, suicidios y demás historias que jamás se nos hubieran ocurrido sin la imaginación de nuestro querido pueblo.
Como les dije nos gustaba poner en práctica el don y si mal no recuerdo mi hermana era la mejor como siempre, era la mejor en todo; lo que nosotras practicábamos era mover la energía, podíamos lograr mover las cosas o que cambiaran de lugar sin tener que físicamente moverlas, solo aparecían en otro lado y bueno conforme pasaron los años logramos realizar esas cosas en nosotras, era por eso que mi hermana siempre mantuvo su récord de puntualidad, lo que más me gustaba hacer a mí era mover los objetos de lugar es un buen truco cuando los prefectos se la pasan confiscando tus cosas, no estoy orgullosa pero mis padres no tenían que saber de las pipas que me habían quitado o de los cigarrillos, así que el hecho de que las cosas desaparecieran del cajón de los objetos confiscados y que hicieran a mis padres salir de sus trabajos, me beneficiaba para que la escuela perdiera credibilidad, pero volviendo al tema del Don, lo habíamos aprendido de mi bisabuela materna, mi madre sabía de las historias de la magia que contaba mi bisabuela, pero siempre creyó que eran eso, solo historias, en alguna ocasión mi nona como le solíamos decir se había quedado cuidando de nosotras, mientras llenaba las mamilas de leche tibia mi hermana había empezado a llorar, mi abuela intento que la leche se calentará más rápido, pero de un momento a otro el llanto de Ada había parado y la escena que mi abuela veía era del peluche favorito de su nieta cruzando la habitación mientras que su otra nieta mantenía la mirada fija en el peluche, pronto entendió que yo había movido el peluche con la mirada, solo para consolarla. Fue en ese momento que se dio cuenta que nosotras o al menos una de nosotras por fin después de casi 50 años había heredado el Don.
A pesar de haber sido la primera en mostrar rastros de magia tarde mucho en volver a hacerlo, en cambio Ada después de ver lo que había hecho, intento copiarlo y lo logro con muy pocos intentos debo agregar. Cuando lo hubo logrado procedió a intentarlo con otras cosas y la magia acabo cuando trato de levantar la mecedora que había en nuestro cuarto y tanto la mecedora como mi hermana cayeron, mi hermana de sueño y la mecedora de los pocos centímetros que Ada había logrado levantarla. Nona siempre terminaba la historia diciendo que al final solo ocupo una mamila para dormirme pues la pequeña Adita de tanto esfuerzo quedo hecha pomada. Mis padres no creyeron lo que decía, una noche los escuche decir que ya estaba senil por lo que ya no dejarían que nos cuidará al menos no sola.
En realidad, no estoy muy consciente de si lo que ella nos había contado era real o no últimamente no logro recordar mi infancia y si lo hago es como si un banco de niebla estuviera por encima de ellos. Lo que sé es que ella nos había preparado para todo menos para su partida.
Cuando ella se fue, todo lo que nos unía a mi hermana y a mí se fue con ella, como ya dije aún nos juntábamos en nuestro cumpleaños y cuando la una necesitaba de la otra, pero en realidad Ada y yo no nos comunicábamos mucho, a veces incluso me enteraba de sus logros por medio del periódico escolar o si mis padres comentaban algo en la comida.
Recuerdo que en el funeral de Nona estábamos las dos tomadas de la mano enfrente del féretro viendo a la que durante 12 años nos había enseñado todo sobre la vida y la magia que había en ella y no solo la magia que nosotras poseíamos sino la que viene cuando veíamos una mariposa blanca en el jardín nos decía que los espíritus de nuestros ancestros nos visitaban o cuando llegábamos de la escuela, después de un pesado día y la casa estaba impregnada por sus guisos. Estábamos paradas viendo como la persona que nos mantenía juntas como la gravedad a los planetas había dejado este mundo para cuidarnos desde otro, pero sin que la pudiéramos sentir o ver. Cuando llego el momento de enterrarla mi hermana y yo soltamos nuestras manos sin saber que sería la última vez que nos tomaríamos las manos de esa manera tan significativa o la penúltima vez.
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¿Ángel?
Teen FictionUna chica muere sorpresivamente a sus 16 años junto a su hermana gemela. Ella se vuelve un ángel ya que no dejó pendientes terrenales y su hermana se va al infierno. A pesar de no comprender por qué, sigue las órdenes de arriba... De más arriba.