El suicidio de mi pequeña tristeza.

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Abro los ojos, me encuentro en la playa, lo sé por que el cielo es muy azul y en el revolotean las gaviotas, a demás estoy sobre la arena, la puedo sentir, y escucho el sigiloso sonido de las olas del mar al romper en la costa.
Al levantarme doy un giro de 360 grados y me he dado cuenta de que está desierta, no veo a nadie, veo un risco enorme, debajo de el esta el mar y unas piedras muy grandes, sin duda es un perfecto lugar para morir.
Pero... Dios, hay una chica a la orilla de el, corro rapidamente acercandome.
-¿Estás bien? -Grito poniendo mis dos manos alrededor de mi boca para que el grito sea más intenso.
He llamado su atención, pero no me ha contestado.
-¡Espera! ¡No saltes! -Digo mientras busco la manera de llegar arriba.
Por el lado lateral del risco hay una estructura que puedo subir sin dificultades, lo hago, demoro un poco, quizá media hora en subir, por el camino pienso si aquella chica lo habrá echo, si ha saltado ya.
Al llegar la veo, gracias a Dios he llegado a tiempo, no sabe que estoy aquí, está de espaldas, creo que intentará brincar en cualquier momento.
-¡Espera! -Le insisto, estoy a unos 4 metros de ella.
-Si te acercas salto. -Dice sin verme siquiera.
-Tranquila, me quedaré aquí, solo dejame ayudarte.
-¡No! yo no estoy pidiendo tu ayuda.
Voltea a verme, Dios mío es tan hermosa, tiene unos perfectos ojos café, debajo de ellos hay unas enormes ojeras, su piel es blanca como una hoja de máquina lista para escribir poesía en ella, no es muy alta, sus labios son muy delgados, su nariz no es respingada, diría que es un poco grande pero le sienta bien a su cara, esta muy delgada ... Yo diría flaca, sus piernas son demasiado huesudas, su cabello es negro como un cuarto por la noche en el que no hay ventanas y donde aguarda una soledad infinita.
Trae puesto un camisón blanco que la hace ver muy atractiva, se ve sexy.
-Podrías dejar de mirame, por favor -Me dice con un dulce tono triste.
-Disculpa yo ... -Me estoy muriendo de pena, no sé como fue tan obvia mi manera de contemplarla-. Es que, eres hermosa.
-Yo no me siento hermosa -Agacha la cabeza y con su mano acaricia suavemente su brazo, en el que tiene unas cuantas cortadas, no son cortadas suaves, pareciera que han sido echas con odio y rencor.
-¿Por qué te has echo daño?
-Ah ¿Esto? -Mira su brazo-. Yo no me hice esto, esto me lo han echo las personas ... -Su voz se ahoga, le duele recordar-. Las personas que se burlan de mi, las que me golpean con sus palabras, las que me miran en la calle y susurran cosas, me lo han echo ellos, ellas y tú ¡Tú me hiciste esto! Sabía que vendrías, tienes que regresar ... Tenía tanto sin verte.
¿Yo? La acabo de conocer ¿Cómo puede decir eso? hablando de... ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Por qué no puedo recordarlo? ¿Qué le he hecho a esta chica para que se odie tanto? La cabeza me da vueltas, no sé nada, no sé como llegue aquí, ni siquiera sé quien soy.
Me siento en una piedra con la cabeza echa un lío, la chica solo me mirá, me sigue pareciendo hermosa, aún en su estado.
-¿Tú te quieres? -Me pregunta y me toma por sorpresa.
-No lo sé ... Es decir, supongo que si, solo me tengo a mi, no sé quien soy.
-Es por que tu si llevas una buena vida.
-¿Tú no?
-No.
-¿Por qué dices que te he echo daño?
-Porque es verdad.
-Explicame.
-Más tarde lo entenderás.
-¿Más tarde? No puedo esperar, necesito que me digas quien soy ¡Ahora! o enloquecere.
-Somos un dúo perfecto ¿No te das cuenta? Tú eres alegre, quieres ayudarme por que tú si le encuentras un sentido a la vida, yo no, yo soy tristeza, problemas, daños, tú eres felicidad.
-Puedo ayudarte con tus problemas.
-No, no puedes -Dice y se acerca a la orilla.
-Por favor ¡No me abandones! -Le suplico.
-¡Tú me abandonaste cuando más te necesitaba! -Me grita y sus ojos se llenan de lagrimas-. ¡De ti dependía mi felicidad! ¿Y qué hiciste? te fuiste ... Me orillaste a cortarme, a hacerme daño, a vomitar, por que de un día para otro deje de gustarte, me mirabas y no me halagabas, ya no me hacías sonreír, mirabas a las demás chicas en la calle y me comparabas con ellas, me decías lo lindas que eran, y me pedías que fuera como ellas, dejaste de aceptarme como soy, tú me convertiste en esto, en un monstruo que solo busca perfección en sí mismo ¿Y para qué? Para gustarte, para gustarle a alguien que al parecer ni siquiera le importo, porque si te importara dejarías de hacerme daño.
-No eres un monstruo, yo soy el monstruo, pero querida yo no te obligue a hacer todo eso.
-Mañana cuando despiertes lo entenderás.
¿Despertar? ¿A caso estoy soñando? si es así debo pelliscarme para despertar, pero ... ¿Qué pasara con ella? ¿La abandonaré de nuevo? ¿No es real? Quizá mi imaginacion acaba de inventar a la chica más hermosa que antes he visto, mi chica perfecta.
-¿Eres real? -Le pregunto y me acerco a ella.
-¡Alejate o salto!
Retrocedo un poco.
-Disculpa, solo dime ¿Eres real?
-Lo soy.
-Eres una chica que a sufrido bastante, dejame ayudarte, quiero estar contigo, quiero apoyarte en todo, no me volveré a ir, lo prometo -Extiendo mi mano hacía ella.
-¡No lo entiendes! Antes de que tú te fueras, yo era una muy pequeña parte, no hacía daño, aparecía en pocas ocaciones y no me hacía notar, hasta ese día en que desapareciste y me dejaste a cargo de todo, te fuiste y no te importo nada, yo debo morir para que tú puedas regresar, y ser feliz, aunque eso siempre te ha salido muy bien.
-Te juro que no te entiendo -Mi cabeza esta peor, parece que explotaré no entiendo un comino de que me está hablando, ¿Una pequeña parte? ¿De qué? ¿Debe morir para que yo sea feliz? ¿Qué le pasa a esta chica?
-Debo irme ahora, ya he echo demasíado daño ¿Puedes hacerme un favor?
-Si claro dime -Trago saliba.
-¡No me hagas volver! No dejes que lo arruine de nuevo, no te vuelvas a ir, quedate siepmpre, siempre, no me llames, no hagas cosas malas contigo, por que me veré en la necesidad de regresar, y eso es lo que menos quieres, creeme, ya he echo demasíado daño, aunque no más del que tú me has echo a mi.
Se acerca al risco y lo mira sin mencionar nada.
-¡No saltes por favor! Yo.. ¡Yo te amo!
-Si intentas salvarme, volveré por todos los que te quieren y quisieron, es amenaza.
Salta.
Despierto gritando, sudando, todo esta en completa oscuridad me duelen demasiado los brazos, no puedo ver nada, enciendo la luz y corro al baño a lavarme la cara, me veo en el espejo ... No lo puedo creer, comienzo a llorar, a sollozar, a gritar, la chica, la chica de la que me enamoré, esa chica tan perfecta, a la que estaba dejando morir, era yo.

«SALVARME»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora