El Niño de los Tumulos Funerarios

Prólogo

  En uno de los callejones de Yiling un niño de 4 años lloraba desesperado al ser arrinconado por tres perros callejeros y rabiosos que lo habían estado persiguiendo para tener su pedazo mohoso pero aún comestible de pan. El pequeño lloro más fuerte al ver que uno de los perros se le abalanzó encima, y cerrando los ojos espero la mordida... Pero jamás llegó... A cambio solo pudo escuchar los gritos de agonía de los tres perros y el sonido seco de sus cuerpos callendo en el piso.
  El pequeño confundido abrió los ojos y se encontró con su salvador... Un cadáver feroz de ropas handrajosas, cabello negro suelto y ojos blancos distintivos como las venas que marcaban su cuerpo, sus uñas (largas por el tiempo en que trataba de encontrar a los que le mataron) estaban manchadas de sangre y en sus pocos movimientos se mostraba lo tenso que estaba. El pequeño aún sabiendo lo que era su salvador, y aún sabiendo lo que era capaz de hacerle se le acercó con una brillante sonrisa y le dijo:

- Muchas gracias por haberme salvado - para gran sorpresa del niño el cadáver se mostró sorprendido, incluso le sonrió -. Mi nombre es WeiYing, Wuxian de cortesía - se presentó cordialmente mientras el cadáver le miraba - ¿Cómo se llama? - pregunto y aquel cadáver simplemente no hablo.

  Pasaron varios minutos y el pequeño antes de poder decir cualquier cosa o siquiera moverse un centímetro escucho una voz oxidada por el poco uso que daría escalofríos a cualquier alma viviente que pasará por ahí, pero por más raro que sonara Wei Yin no le tenía miedo.

- WenNing - respondió aquel cadáver y se puso a la altura del pequeño para así poder cargarlo y regresar al lugar en que despertó. El único lugar que era seguro para él. Los Tumulos Funerarios.

- ¿A dónde vamos? - pregunto A-Ying sugetandose del cuello de su gege.

  A-Ning no respondió esa vez, solo siguió caminando bajo la atenta mirada de una anciana que en esa fría y oscura noche de invierno había visto todo el espectáculo. Pero ella no diría todos los detalles, solo lo esencial para que nunca ninguno de ellos fuera molestado.

- Me pregunto... - murmuró la anciana antes de volver a entrar en su casa.

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  Este es el prólogo amigos, soy AshllyBarrio. Tuve que abrir una nueva cuenta ya que la otra no me dejaba hacer nada. Si alguien sabe cómo ayudarme le agradeceré toda mi vida. Estoy desesperada por poder terminar mis historias.
  No prometo actualizaciones rápidas ya que empezaron mis clases, así que lo haré cada vez que puedo.

¡No vemos en las tiras cómicas!