1°-despedidas, pérdidas y encuentros-°

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Advertencias: lenguaje vulgar.
Se recomienda discreción, gracias.

Narra Luce:

Con la mochila lista, y yo también lista, salí de mi cuarto.
ya había desayunando aunque no se me apetecía, pero mi Nana me obligó a hacerlo.

Mientras iba bajando las escaleras, acompañada de un sonido rechinante, vi en la puerta la silueta de mi madre y de mi tía.
Cómo odió a esa mujer, bueno, a ambas, no solo a mi tía, y con la escena a continuación verán el porque.

Con el paso pesado, arrastrando los pies y con una cara sería, llegué junto a ambas mujeres, estás me miraban sonriendo "tristes", o al menos yo quería créer que esas sonrisas eran de tristeza. Mamá me abrazo, seguida de mi tía, solamente me quedo corresponder.

—ay...que grande que te has puesto, linda, ¡Ya entraste a la secundaria!—Dijo mi tía juntando las manos mientras reía. Nisiquiera me moleste en sonreírle igualmente.

—no solo a la secundaria, ¡Sino que a mahō!, Que orgullosa me pones, cariño— Esta vez hablo mi madre.

—gracias mamá, gracias tía, ya debo irme—

Si, estaba muy apresurada por irme, me di vuelta para poder salir de aquella casa, sin embargó, alguien me tomo del hombro, haciendo que me quedé en mi lugar.

—¿Porque tan temprano?¿Ya te vas? Apenas son las 8:00...—
Dijo mi madre con una cara que me provocó un poco de miedo, hasta parecía que el ambiente a nuestro alrededor se volvió más tenso y oscuro, y eso que está casa ya lo es lo suficiente ...

—si...y-ya se, pero es que tengo que llegar al punto de partida* a las 9:00, y ya sabes cómo son los autobuses, casi siempre se retrasan, ya que nunca los utilizan y--

Estaba nerviosa, y no sabía el por qué,se supone que debo estar tranquila, no me escaparé ni nada por el estilo.
Mi madre me interrumpió y...

Narra Cristal:

Ya sentía como el desayuno de hace rato amenazaba con salir, pero, debía controlarme, ¡No podía vomitar en el autobús!, Aunque aquí tampoco, solo debo calmarme, por lo general soy una persona tranquila, ¿¡Que me pasa!?.

—¡CRISTAL!— escuché como mi mamá me gritaba desde el recibidor.

—¡YA VOY!—

Tome mis bolsos, eran solo dos pero eran muy pesados, en ellos estaba mi vida.
Salí de mi cuarto corriendo, sin cerrar la puerta de este, baje las escaleras, casi cayendome, y ahí estaba mi mamá esperándome, me miraba con una sonrisa de oreja a oreja,con sus hoyuelos marcados y con los ojos brillosos, oh por dios, que no se ponga a llorar, si ella lo hace, no podré salir de aquí nunca, tendría que consolarla como por media hora, y no es que sean las 5 a.m cómo para tomarme mi tiempo.

—¿Ya es hora?— le pregunte al estar a su lado.

—si...—

—¿Mamá?...¿Estás bie--

—¡AYYY! ¡MI BEBE SE IRA DE CASA!— Ella comenzó a llorar mientras se lanzaba a mis brazos.

Sabía que iba a llorar, siempre tan sensible ella...
La abrace, era lo único que podía hacer como para calmarla, parecía una niña pequeña pero midiendo 1.80, yo también la extrañaría, obvio que si, pero ir a mahō - o a cualquier secundaria de magia- siempre había sido mi sueño, no debía desperdiciar está oportunidad, además, son solo cinco años o seis...ay dios...

—¡M-MAMÁ!—

y ahora, ambas nos encontrábamos llorando como unas bebés mientras nos abrazabamos.

nada más mágicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora