Capitulo 2

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Capítulo 2: Yo siento cansancio

El chico de al lado me había dejado sin nada que decir. Mis mejillas enrojecieron y sentí un nudo en mi garganta. Todo su rostro había comenzado a nublarse de repente y una lágrima se me escapó.

«No te dejes ver así», me dije a mí misma, por lo que me levanto rápidamente y camino hacia la salida. La voz de la profesora está llamando por mi nombre en cada paso que doy, pero ya es demasiado tarde para retractarse, solo habían sido 15 minutos dentro del salón y ya me había resignado a pasar otro segundo más.

Llegué a lo que pienso que es el baño y entro. Hay cubículos separados de cada uno por grandes paredes y logro entrar sin problemas.

Nadie había sido tan irónico conmigo antes, y al escuchar sus palabras repetirse en mi mente otra vez, sollocé.

Qué increíble, encontrarme en un baño público, llorando, y rodeada de personas desconocidas. Lía debió advertirme de esto, o por lo menos encontrarse conmigo aquí. O Braun, que si bien es solo el cocinero de la casa es un buen guardaespaldas.

No quiero estar aquí. Quiero mi espacio personal. Quiero mi habitación. Todo.

— ¿Te encuentras bien? —Dice alguien desde el otro lado de la puerta, dejándome asombrada.

Es la voz de un chico. ¿Por qué hay un chico dentro del baño para damas? Abre la puerta sin cuidado y puedo ver su rostro. Cabello rapado, ojos marrones y alto, muy alto.

— ¿Cuál es tu nombre? —Vuelve a preguntar.

— Yo… soy ____ Filian… —Murmuro.

Sus labios, de un segundo a otro, se curvan formando una amplia sonrisa. Linda sonrisa.

— ¿Por qué estás en éste baño? —Le pregunto, limpiándome las lágrimas.

— Creo que es la pregunta que yo debería de hacer.

Abro los ojos sorprendida. Oh, ____. Te has metido en el lugar equivocado. ¡Vete de ahí!

Me levanto desesperadamente, golpeando mi brazo sin querer con la cadena del inodoro y dejándome un gran dolor. No podía ser menos afortunada.

— Eso debe de doler… —Dice, levantando su mano hacia mí.

«Quiere tocarme», pienso. No puedo gritar. Es demasiada tensión estar atrapada en un cubículo de chicos, con uno de ellos a segundos de tocarme. Mi corazón comienza a acelerarse rápidamente y tengo las raras ganas de vomitar.

«Por favor, aléjate», quiero decirle, pero las palabras no salen de mi boca. No puede hacerlo.

Cierro los ojos, esperando por aquel horrible contacto que me dejará asustada por el resto de mi vida y de vuelta a la oscuridad… Pero no llega.

— No la toques. —Ordena otra voz.

Abro los ojos con rapidez. La mano del chico está a solo centímetros de tocar mi brazo, sí, pero fue detenida por otra desde atrás.

— ¿Qué estás diciendo? —Le pregunta.

— Ella es la nueva estudiante, idiota. Y ya escuchaste a Fletcher, no es recomendable que se le acerquen.

El agarre cesa, escucha sobre mi fobia y el chico se sorprende, asiente con la cabeza y voltea hacia mí, arrepentido.

— Perdóname, ____. No sabía sobre tu condición. De verdad, lo siento.

Mi respiración vuelve a la normalidad y acepto su disculpa, deja el espacio necesario para que pueda salir y acaba sonriendo. La otra persona se encontraba detrás de él, por lo que ladeo un poco la cabeza para conocerlo y mi pecho salta.

¡No Toques!-Niall y Tu-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora