La primera vez que fui a una obra de ballet...
Fue tan mágico.
La bailarina daba vueltas y saltos por el escenario, su cuerpo se movía con delicadez y elegancia, su hermoso cabello negro estaba amarrado en un moño, su tutu de plumas blancas saltaba y parecía que la gravedad no la afectaba, la luz del reflector iluminaba su perfecta piel morena.
Todas las personas del teatro, incluyéndome, estábamos maravillados por la bailarina.
Ahí, en ese momento fue cuando decidí volverme una bailarina profesional.
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Apenas tenía 7 años cuando fui a esa obra.
Era el lago de los cisnes.
Fuimos al teatro "J'aquellione" en Francia.
Es uno de los teatros más importantes en Paris, es completamente precioso. Su decoración victoriana le daba un toque especial.
Al finalizar la obra toda la gente le hizo una ovación de pie por varios minutos. Le aventaron rosas blancas y rojas.
La música aún sonaba en mis oídos y recordaba cada movimiento de la bailarina.
-Papi! Mami! Llévenme con la bailarina!!- les supliqué haciendo mi mejor sonrisa tierna.
-En seguida iremos hija ten paciencia- me dijo mi madre acariciando mi mejilla.
La bailarina hizo una reverencia y salió de escena con elegancia.
Mis padres se levantaron de sus asientos y me tomaron de la mano para ir con la bailarina.
Caminamos detrás del escenario y entramos a un camarote enorme, estaba lleno de vestidos, flores, chocolates, peluches, maquillaje, zapatillas...era un sueño.
Pero en el centro del camarote algo destacaba más que lo demás.
Era la bailarina.
-Mami es ella- mis ojos brillaban con ilusión mientras caminaba hacia ella.
-Hola pequeña, tú debes ser Eva-
Asentí con pena y le sonreí. Su voz era muy dulce, su sonrisa era cálida.
-¿Me conoces?-
-Pero claro! Tú padre no para de hablar de ti!-
Mi padre rio atrás de mi, yo estaba completamente hipnotizada por la bailarina frente a mi.
-Quiero ser como tú cuando sea grande- dije con completa seriedad aunque mis padre rieron de nuevo.
Los mire despectivamente y ellos dejaron de reír.
-Estoy encantada de ser tú inspiración!-
La bailarina era tan amable conmigo, era como estar frente a una princesa.
-¿Como te llamas?-
-Mi nombre es Margot Truette, es un gusto conocerte pequeñita-
Le sonreí y me extendió su mano para después estrecharla.
-Eva, tenemos que irnos, Margot está exhausta-
Respire profundo calmando la ira que quería despertar dentro de mi, yo no quería irme, pero ella si se veía cansada y acepté.
-Está bien papi, adiós Margot!- le sonreí mientras le agitaba mi mano.
-Adiós pequeña Eva-
Ella se levanto y corrió en pequeños saltos hacia nosotros para acercarse a mi papa y secretearle algo al oído a lo que el asintió. Mi mamá se veía algo molesta pero la ignoré, yo quería ver cada movimiento de Margot para ser como ella.
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Teen FictionEvangeline Whitfield...tiene que lidiar con la presión de ser perfecta. Tiene tantos obstáculos...su familia, su reputación, su salud, el amor, las miradas. ¿Logrará aguantar?