「ᴇɴᴠɪᴅɪᴀ」 by: Naoto Hata

01.

Envidia... Ese sentimiento que te hace hacer cosas estúpidas o te obliga a hablar por puro instinto sin que puedas tomar control de estas.

Yo no comprendo... Porque puedo sentir envidia, soy un demonio, un demonio no siente nada, sólo queremos asesinar a nuestro favor para alimentarnos...

Por ti, siento este estúpido sentimiento, por ti ... Rengoku Kyojuro, me siento tan vulnerable y fastidiado, soy un completo imbécil.

Al verte caminar en una noche como esa... Verte con esa sonrisa que te caracteriza, verte tan animado por trabajar... La primera vez con tan sólo verte a los ojos sin que lo supieras, me hiciste sentir algo: amor.
Si es amor, quizá esto llegó a ser más que amor, no lo sé...
Ver todo de ti me hizo querer más, querer acercarme a ti y poder conocerte sin tener que espiarte.

Sólo con oír tu risa me hiciste sonreír, a la luz de la luna yo te espíe mientras pensaba como acercarme a ti, hice lo posible... Sin conocer un pequeño detalle que debí conocer de primer lugar.

¿Cuál es ese detalle?

Que alguien ya te mantiene en sus brazos...
Alguien que no soy yo ya te saca sonrisas, alguien que no soy yo puede abrazarte.

Al ver a esa persona... Ver cómo te abrazaba y te besaba tu mejilla, cosa que debería poder hacer yo... Me hizo sentir mal, un sentimiento parecido al odio, el querer ser él.
Ese tal “Uzui” es el que me provoca este sentimiento llamado “envidia”.

Mis ojos se abrieron cuando por las malas entendí que eres un tesoro que no puedo poseer, la razón: porque ya te encontró un pirata.

Ver una tranquila noche cómo eras besado, ver cómo te sacaba una sonrisa y te volvía a besar... Ver cómo te hace feliz... Entendí una cosa: no puedo tenerte.

No puedo ser yo quien te haga reír, no puedo ser yo quien te pueda besar, no soy tu pareja.

Me enamoré de ti perdidamente, al final, resultó un mal final.
Mi historia de amor no fue bonita, no fue para nada hermosa.
Mi amor por ti no es correspondido, lo tuve claro cuando sentí ese dolor punzante en mi pecho.

Comprendí el dolor de no ser el amado, sufrí sin que tú supieras.

¿En qué momento enfermé?

Cuando me obligué a ver una escena romántica entre tú y él.
Cuando traté de darle a entender a mi mente que jamás podré hacerte feliz.

Me fui matando lenta y dolorosamente, nunca supiste nada de mí.
Yo mismo me aislé, Douma trataba de apoyarme pero que más da...

Ya era tarde para salvarle, ya estaba sufriendo la enfermedad muy conocida: Hanahaki.

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Que les valga madre, 3 historias al mismo tiempo, soy una cosa bárbara.