Karamel-One Shots

Finales tragicos

La chica de acero llega volando a la DEO y baja las escaleras para ir directamente a su hermana, Alex.

- Hey, note que Mon el no a llegado a entrenar varios días.

- Si, am... digamos que el no se encuentra muy bien en estos momentos.

- ¿Por qué?, ¿qué pasó?

La rubia suelta un suspiro.

- El esta devastado, Alex. Ni siquiera quiere levantarse de la cama. Y como podrás adivinar, tampoco ha cocinado, lo cual es lo más grave del asunto.

- Si, lamento escuchar de tu falta de talento culinario. ¿Pero por qué está devastado?

- Supongo que ya sabrás de su amor por los libros de romance. -hace una pausa y la pelirroja asiente con su cabeza- Y al parecer el libro que terminó de leer no tuvo el final que el esperaba.

- ¿Qué tan doloroso fue?

- La protagonista se suicidio. -Alex pone una expresión de disgusto.

- Uhh... lo lamento por el. Va a ser difícil superarlo.

- Lo se.... Yo aun no superó la muerte de mi primer personaje favorito.

- ¡Oh por dios Kara! Ni siquiera fue un personaje secundario. -exclama Alex.

- Tenía un vida por delante.

- ¡Era un perro!

- ¡Yo lo amaba!

- Sabes que, no discutire por esto de nuevo. Mejor ve con tu novio y ayudalo a salir de su depresión. -se rinde y se da la vuelta para irse.

- ¡El mejor consejo de todos hermana! -exclama Kara sarcásticamente viendo a la pelirroja subiendo las escaleras.

- Lo se, soy la mejor hermana mayor de todas.

La rubia rueda los ojos y decide llamar a Mon el.

- ¿Mon el?

- Hola.... -responde desanimado.

- Ok, te quiero mucho y respeto tus sentimientos. Pero enserió debes venir a entrenar. Es por tu bien.

- Estuviste aquí hace unos momentos y no me convenciste, ¿qué te hace pensar que por teléfono si?

- Buen punto. Pero Mon el, no es el fin del mundo, tu vida aun sigue. - (Por favor hazme caso, por favor hazme caso) pensaba Kara esperando la respuesta de su novio.

- Es cierto, mi vida sigue -y supergirl con su superaudicion pudo escuchar como se levanta de la cama.

- ¿Hola? -habla confundida por el repentino silencio.

- Pero la de Tania no. -(¡DEMONIOS!) pensó la rubia al escuchar que se volvía acostar.

- Escúchame muy bien.

- Mi vida es tan horrible, excepto tu claro.

- Si no vienes en este instante voy a.

- Por favor no te suicides, juro que iré a entrenar todos los días. Ahorita mismo si quieres. Pero no me dejes solo. Te amooo....

- Yo- ah.... -Kara se quedó muda ante las palabras de Mon el.

- Ah, y ¿podrías traerme un bote de ese helado que me diste a probar el otro día? Por favor.

- Am.. si claro. Nos vemos en unos minutos.

- Graciaaas.

Terminan la llamada.

"Te amooo"

(Tonto Daxamita) piensa ella sonrojada al recordar sus palabras y sale volando, literalmente, al supermercado por el helado de su bobo y encantador novio.

[....]

- Cariño, ya te traje el helado que me pediste. -habla Kara al entrar a su departamento pero no recibe una respuesta.

Frunce el ceño y deja el recipiente en la mesa de cocina.

- ¿Mon el? -dice y entra a su habitación.

Ve a su novio en el lado izquierdo de la cama hecho bolita y abrazando una almohada, lo cual la hace sonreír y se acerca a él.

Nota el libro sobre la mesita de noche y lo agarra.

- Ay Tania, gracias por generarle dudas existenciales a mi novio, eh. -suelta una pequeña risa y deja el libro donde lo encontró.

Se sienta cerca de el y empieza a acariciar su mejilla mientras graba cada parte de su rostro en su cabeza.

- No voy a dejarte solo Mon el, nunca. -le da un beso en su frente- Te amo mucho como para hacerlo.

Pasa unos minutos así, acariciándo y viendo la cara de su novio mientras dormía. Después se levanta y va a la cocina a guardar el helado.

- Cuando despierte lo comeremos juntos. -se dice a sí misma en voz alta- Y veremos todas las películas románticas que existen con finales felices, haber si así se olvida de ese trágico libro.

Se sienta y ve el congelandor un rato.

- No creo que se enoje si como un poco. -se levanta y saca el bote de helado junto con una cuchara.

Ella ama a Mon el más que a nada en las galaxias, pero jamás lo amará tanto como a su querida y deliciosa comida. Simplemente es su más grande debilidad.