Prólogo

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Los árboles se levantaban a la oscuridad del cielo, eran más o menos las 2 de la mañana cuando la luna llena estaba en todo su esplendor, parecía que la noche propiciaba a que el bosque se sintiera más tétrico de lo normal. Las pisadas duras se escuchaban a un ritmo apresurado, tronando ramas y hojas secas a su paso, la respiración pesada de la muchacha que iba corriendo era lo único que se oía además de los grillos que andaban por ahí.

El miedo recorría cada esquina de su cuerpo, sabía que si se detenía o no encontraba la salida rápido sería su último día en esta tierra

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El miedo recorría cada esquina de su cuerpo, sabía que si se detenía o no encontraba la salida rápido sería su último día en esta tierra.

- ¡Kyla! - Gritaba esa voz tan conocida a unos cuantos metros de ella, no quería ni voltear hacia atrás, le asustaba encontrarse con la mirada oscura de esa persona que la perseguía.

La muchacha presentía que no eran los únicos en el bosque, había más gente, observando, viendo como todo sucedía sin entrometerse, ahora todo estaba tan claro, las dudas que le quedaban hacían razón, todo concordaba con lo que había pasado los últimos meses, entendió muy pronto que su mas grande error fue haber entrado a ese bosque y desearía haber regresado el tiempo unas cuantas horas atrás.

En realidad la chica no tenía ni la menor idea de cuánto había caminado en ese bosque ni siquiera la hora que era, el teléfono se le había caído metros atrás, prefirió dejarlo ahí y seguir corriendo para alcanzar la carretera que detenerse a recogerlo, otro error colosal que había cometido.

Daba miradas rápidas a su alrededor y sentía que estaba perdida en aquel inmenso bosque, todos los árboles se veían iguales, verdes y altos, sumandole a eso que la única luz disponible en aquel lugar era la luna, por lo que unas zancadas más adelante se tropezó con una rama atravesada que no alcanzo a ver, desesperadamente se incorporó y volteo para ver como quien la perseguía se acercaba mas y mas, sintió una electricidad por todo el cuerpo, símbolo del terror que la inundaba, intentó retomar el camino sin éxito de alejarse de esa persona.

Apenas dio unos pasos cuando sintió que la jalaban del suéter esmeralda que se había puesto antes de salir de su casa, sin más que poder hacer cayó de espalda y se encontró cara a cara con su persecutor. Sus intentos de liberarse dando patadas y manotazos no resultaron, lo único que logró fue cansar sus músculos de una forma tonta.

- ¡Para! - Se posicionó encima de ella y le tomó las manos por las muñecas sobre su cabeza castaña, llevaba unos guantes oscuros de piel, lo más seguro es que se los pusiera para no dejar huellas sobre ella o cualquier cosa que tocara - Mírame bien, quiero que tu último recuerdo sea yo.

Kyla cerró los ojos con fuerza, se rehusaba a que ese fuera su último recuerdo - Por favor, déjame ir - Las lágrimas necias comenzaban a salir, no quería que su vida terminara en ese bosque ni de esa manera.

- Te advirtieron que no te metieras en estos asuntos, te dijeron que ocurriría contigo sin embargo aquí estás - enrredo el cabello de Kyla entre los dedos de la mano que le quedaba libre, se tomó su tiempo y lo olio suavemente, aún olía levemente a frambuesa producto del baño que se dio antes de salir de su casa - a mi no me puedes manipular tan fácil, conozco tus juegos

Soltó su cabello y del bolso derecho de sus jeans sacó una navaja negra larga, la luna hacía que el brillo del filo resplandeciera en color plateado, rozó levemente el cuello de Kyla - No quería hacerte esto, ¿lo sabes no?

- No lo hagas, déjame escapar, me iré y desapareceré por completo, nunca me volverás a ver en tu vida - Soltó desesperada aunque comprendía que cualquier cosa que dijera sería en vano - No te estoy manipulando, a ti no.

Una risa irónica hizo eco en el bosque - No cometeré ese error y menos decepcionaré a nuestro público - confirmó sin más a los espectadores escondidos en el bosque - ahora dime Kyla - saboreo en sus labios el nombre de la muchacha - ¿Cómo quieres morir? ¿acaso quieres que te apuñale tu pequeño corazón o prefieres que te rebane el cuello? - deslizaba lentamente la navaja entre el espacio entre su cuello y su corazón.

- Por favor - la súplica salía con un tono doloroso, tenía la sensación del frío que emanaba la navaja a través del suéter, estaba claro que era su imaginación puesto que el suéter era de un grosor considerable. Lagrimas mas gruesas salían de sus ojos y se resbalaban por su cabeza hasta caer a la tierra, no quería que la vieran llorar, quería ser fuerte hasta su último respiro, pero no podía evitar pensar en todas las personas que la querían y en cómo dolería su partida.

- Que pena me da verte así, nunca pensé que la gran Kyla terminara así - La chica intentó nuevamente zafarse retorciéndose y pataleando, de nuevo no tuvo éxito, ya había aceptado su destino, no había nada que pudiera hacer en ese bosque y en esa situación, entendía que si gritaba nadie la escucharía ya que la ciudad de Bolzano aún estaba a kilómetros de ahí - Nos vemos en la otra vida.

Levantó la navaja lo más arriba que pudo con una mirada maliciosa, estaba disfrutando mucho el momento, al cabo era la primera persona a la que le arrancaba la vida, quería grabar con fuego el rostro lleno de lágrimas de la muchacha.

- ¡No! - Un grito desgarrador salió de Kyla al mismo tiempo que la navaja se hundía en el punto exacto para perforar su corazón, la navaja salió tan rápido como entró para segundos después sentir como se deslizaba por su garganta.

Sentía como un calor se esparcía lentamente por todo su cuerpo, finalmente sus manos fueron liberadas e intentó taparse el cuello con sus manos, la sensación de ahogo la desesperaba, lo único que deseaba en esos momentos era que terminara, se dio posiciono sobre su costado y se hizo un ovillo.

La muchacha se desangraba lenta y dolorosamente, sentía los dos cortes ardiendo en fuego, ya esperaba la muerte con un cálido abrazo, no le quedaba de otra. Se ahogaba con su propia sangre y al mismo tiempo se desangraba, se preguntaba si era necesario hacerla sufrir de esta manera.

La persona que la observaba desangrarse pensaba que ahí acababan sus problemas, con la muerte de la chica que daba sus últimos respiros en aquel bosque frío, ese pensamiento no podía ser más mentira, esto apenas comenzaba.

Con las poquitas fuerzas que le quedaban a Kyla miró a los ojos de la persona que le había arrancado la vida, al final de cuentas si sería su último recuerdo y eso le molestaba, la satisfacción en los ojos de esa persona le rompió el alma, ¿Cómo podía? se dijo a sí misma.

La muchacha sonrió levemente y eso le fue suficiente al asesino para que desapareciera todo el éxtasis que sentía, tuvo el presentimiento de que había cometido un error matándola aquella noche, se llenó de preocupación y angustia, algo les tenía preparado Kyla seguro, pero...¿que?

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