Capítulo 1

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-Son ellos.

La voz de mi padre sonó grave y la expresión de mamá no hizo más que desconcertarme más. No se asemejaba al miedo, era...determinación.
Sus miradas se cruzaron.

-Abróchate el cinturón, princesa. -Me dijo mamá.

La obedecí. Mamá me miró directo a los ojos, penetrando más haya de todo lo conocido en mi mente.

-Cuando la nieve se endurezca deberás correr y pararas cuando el césped rodeé tu cintura. -Canturreó con voz melódica.

Y de pronto, el chirrido de neumáticos quemándose al frenar me desvió de ella. Un auto opaco se acercaba dando un violento giro y papá con las manos en el volante no hizo nada para esquivarlo.

Voces lejanas subían y bajaban el grado de su intensidad, mientras que un constante pitido ahogaba sus voces.
Mis parpados se resistían a abrirse, ofrecían resistencia mientras que mi audición iba tomando la delantera. Ahora no solo escuchaba el pitido y las voces, si no que podía escuchar fragmentos de lo que hablaban.

-...ya me ha escuchado, usted no puede estar acá.
-Maldita sea... ¿Qué no ha oído lo que le digo?, ¡La conozco de pre-escolar! ¿Acaso eso no cuenta cómo familia?

Cris.
Mis parpados desistieron hasta abrirse. La luminosidad del lugar me segó por un momento, haciéndome ver manchitas de colores. Parpadeé hasta acostumbrarme a la iluminación, que me dejó apreciar donde me encontraba. Paredes blancas y suelo de baldosa. Estaba recostada en una camilla de blancas sabanas y a mi lado, al fuente del pitido era una maquina con símbolos. -Un Hospital. Claro.
Ladeé un poco mi cabeza, buscando el provenir de la voz de Cris. En el umbral de la puerta, una menuda enfermera le cerraba el paso a un chico pelinegro y más alto que ella, pero que en ese momento se mantenía encorvado, trabado en una discusión.

-¡Pues no!-Espetó la enfermera, cruzándose de brazos. -Solo familia directa puede entrar. Los amigos de pre-escolar no cuentan.
-¿A no?-Musité débilmente. Mi voz sonó ronca y enseguida me asaltó una sed enorme.

El pelinegro de Cris se paró tan alto era y me miró por encima de la enfermera.

-¡Despertó!-Dijo dirigiéndose a ella. - ¿Podría...?

La enfermera se giró al verme y de entre todas las cosas que me tendrían que sorprender, entre ellas, el hecho de estar en una camilla conectada a cables rojos y azules, me sorprendió notar lo joven que era. Tal vez solo tres o cuatro años mayor que yo.

-Hola, me llamo Adisson. -Me saludo con cordialidad, mientras se acercaba, procedida de Cris. -Lo lamento, pero me temo que tendré que sacarte un poco de sangre. Lo hubiese hecho mientras dormías pero...-Le dirigió una elocuente mirada a Cris, quien me sonreía sin prestarle atención. -Solo será un pinchón.

Adisson sacó una jeringa del bolsillo de su delantal blanco y luego de desinfectarla con un rápido movimiento, me la inyecto en el ante brazo derecho.

-Llevaré esto con el doctor encargado. -Murmuró, dándome la espalda. Miró a Cris y frunciendo el ceño suspiró. -Solo hasta que traiga al doctor.
-Sí, sí. -Le dijo Cris. -Gracias.

Adisson salió y cerró la puerta con suavidad. Miré de nuevo los cables que me rodeaban y la duda me asaltó.

-¿Qué demonios paso?

Miré el semblante de Cris, que había dejado de estar lleno de vitalidad como hace un segundo. Sus orejas enrojecieron, como cada vez que se encontraba nervioso.

-Yo...bueno...no lo sé con claridad. -Contestó con incomodidad.
-¿Dónde está mamá?-Inquirí, mirando instintivamente hacia la puerta, esperando verla ahí. - ¿Y papá?
-____....-Cris se mordió el labio. - ¿Qué recuerdas?
-¿Qué?
-¿Recuerdas el accidente, ___?
-¿Acci...?

Sealing Past Actions (Liam Payne y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora