Era verano, vacaciones para ser precisos, estaba acostada en mi cama pensando que hacer con mi vida. Entraba a 4° de secundaria pero aun no iniciaban las clases, recordé que tenía una amiga y quise salir pero la tristeza se apoderaba de mi cuerpo, así que me quede acostada en la cama arropada con sábanas pomposas que me abrigaban a pesar del gran calor. Antes que preguntes, si era rara, no tanto pero si lo suficiente como para andar abrigada en verano solo por las inseguridades que me cree, con tal que no me vieran el cuerpo hacia lo posible por andar lo mas cubierta posible. Estaba quedándome dormida cuando de repente mi madre entra en mi habitación...
-Cariño hace calor, qué haces arropada así? – me miro con lastima y trato de animarme.
-Hola, no tengo calor la verdad, me siento mal- decía cubriéndome la cabeza con las mantas.
-Está bien...- me dijo cerrando la puerta.
No vi su rostro pero por su voz podía sentir que estaba triste, por mí, era nuevo ya que en toda mi vida era dura conmigo, pero eran vacaciones y solo me limitaba a estar pegada a la pantalla del computador o de mi celular, en lo posible no salía y solo me quedaba en cama deprimiéndome. De repente escuche una voz llamándome por la ventana, lo primero que pensé era en Mar y estaba en lo correcto, era ella...
-Dayan!- gritaba mientras intentaba arrojar piedras a mi ventana.
- Qué?- le dije a través de mi ventana cerrada.
-Baja, estoy sola solo están los chicos y se siente raro ser la única chica- me dijo mientras me sonreía de una manera extraña.
Abrí la ventana –no creo que me dejen, además estoy en pijama, me da mucha flojera cambiarme y...- le grite mientras la miraba seriamente.
Del otro lado de la habitación mi madre me interrumpió y me gritaba –si tienes permiso, sal a distraerte y deja esa computadora-.
Yo solo me limite a girar mis ojos y decirle a Mar que me esperara. Recuerdo que estaba acalorada por estar bajo las sábanas así que me puse un top corto unos jeans y me amarre el cabello, solo por si las dudas y porque sabía que luego me arrepentiría, lleve una polera amarrada a la cadera. Cuando baje me jalo del brazo y me llevo lo más rápido que pudo a su residencia.
Ella es mi mejor amiga, la conozco desde el 1° grado de primaria, hubo grados donde nos separaban pero a pesar de todo seguíamos yendo una a la casa de la otra de vez en cuando. El mismo año que nos conocimos por pura casualidad, coincidencia o destino, no dimos cuenta que vivíamos una al lado de la otra, demasiado cerca y nunca nos habíamos topado hasta que iniciamos primaria, desde allí nos volvimos muy unidas y cada una se volvió el chicle de la otra. Cuando llegue vi a 2 chicos, algo altos pero no me llamaban la atención..
-Der!- grito Mar mientras me jalaba del brazo.
Yo solo me limitaba a ver la pantalla de mi celular y ver publicaciones tratando de evadir cualquier conversación con quien no fuera Mar. Realmente era muy asocial (QUE ABURRIDA)
-Mar, quien es tu amiga, la presentas o es muda?- dijo en un tono burlón.
Solo me limite a mirarlo de manera seria y volver la vista a mi celular. Realmente no deseaba hablar con nadie y conocer gente nueva se me hacia pesado.
-Es Dayan- dijo mientras me clavaba su codo en mis costillas.
-Auh!- le dije de manera seria –a que vine se puede saber?- estaba fastidiada pero era Mar, a ella no podía decirle que no.
-Saluda- me susurro al oído.
-Al parecer si habla- dijo el tal Der sarcásticamente.
Me acerque a Der y luego me volví al chico que estaba a su lado –Hola, cómo te llamas?- hice lo posible por ignorar al otro tarado que estaba jodiéndome.
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𝒴𝑜 𝓉𝒶𝓂𝒷𝒾é𝓃 T̶e̶/̶M̶e̶ 𝑜𝒹𝒾𝑜
Teen FictionEs típico de jóvenes enamorarse, eso dicen... Hasta que llegas a sufrir las consecuencias de enamorarte. A este punto llega Dayan Una chica que pensaba que el amor era un asco y no se equivoco, pero la pregunta es... ¿Sobrevivió?