°°° C O N T I G O °°°

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Iris y Dani continúan mostrándonos su casa a Volkov y mí.

—Aquí les agradecería que hicieran más silencio, que es la habitación de los bebés —El tono de voz de Dani se suaviza a medida que nos acercamos.

La habitación es lo suficientemente grande para que quepan ambas cunas donde yacen los dos bebés perfectamente dormidos.

—Ellos son nuestros hijos, Dante y Zulema —Esta vez es Iris quien habla con una sonrisa plasmada en su rostro.

Volkov mira a Iris buscando su aprobación y a penas la tiene se acerca lentamente a la cuna de Dante. Desde mi posición puedo ver perfectamente como su mirada cambia radicalmente a una dulce, sus ojos brillan de una manera que jamás había visto antes, simplemente disfrutando de verlo dormir.

Algo se remueve en mi interior al notar como la comisura de sus labios se levanta en una sincera sonrisa llena de admiración. Sin perder el tiempo se acerca también a la cuna de la pequeña Zulema, la bebé suelta un suspiro seguido de algunos balbuceos sin sentido, aún durmiendo. Volkov suelta una pequeña y silenciosa risilla sin despegar los ojos de ella.

—Son... son realmente adorables —Su mirada se intercala entre ambas cunas y luego vuelve a los padres de los bebés por unos segundos antes de posarse en mí —¿No lo crees Horacio?

—Sí, sí lo son —Susurro mirando a Dante dormir tranquilamente.

Nos miramos entre todos y en silencio acordamos salir de la habitación para no importunar el sueño de los pequeños. Ya estando fuera, Volkov no puede evitar dar un último vistazo a las cunas desde la puerta.

—¿Están seguros de que no pasa nada porque duerman ahí solos? —Viktor suena preocupado cuando terminamos de bajar de las escaleras.

—No pasa nada —Iris responde tranquilamente —Estarán bien —Asegura con una sonrisa al ver la confusión en el rostro de Volkov —Hay un monitor en la habitación, podemos verlos y oírlos en todo momento —Le enseña una Tablet en donde se ven claramente ambas cunas con los dos bebés dormidos.

—Vaya, eso es increíble —Da un suspiro aliviado.

—Vengan, tomen asiento —Dani nos indica unas butacas alrededor de la isla.

Estiro mi mano a Volkov para que la tome y eso hace, cuando ya estamos cerca deja un suave y corto beso en mi cabeza antes de encaminarnos entre empujones y risas a los asientos. Sonrío al ver al que solía ser el frío comisario de Los Santos, reír a carcajadas de las anécdotas que Iris está contando, me alegra poder verlo tan cómodo y feliz con la pareja.

Agradezco mentalmente a cualquier dios existente por poner a estas personas en el camino de Volkov, sé lo difícil que es para él relacionarse con las personas y tener amigos, así que ver lo feliz que está compartiendo con quienes eran unos desconocidos para mí, simplemente me llena de orgullo.

—El, el día que di a luz —Iris se ríe mientras continua con su relato —Yo estaba rompiendo aguas en el comedor —Dani mira a su esposa y ríe en anticipación —Y Yakov se fue a cagar —Volkov suelta otra gran carcajada contagiándome de su risa.

—Me acuerdo de que salió con los pantalones bajados —Dani habla en un hilo de voz sin poder contenerse la risa —Iris estaba con las contracciones, estaba en labor de parto, todavía no rompía aguas y dijo voy a cagar, ya vengo —Miro como Viktor intenta no ahogarse con la papa que está comiendo mientras ríe.

—Y cuando ya rompí aguas Yakov salió con los pantalones bajados a la calle —Todos nos miramos y volvemos a romper en risas.

—Sigo sin entender como no se cayó —Habla Dani intentando calmar su risa.

Contigo - VolkacioOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora