Parte 1: La Invitación

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-¿En serio debo ir yo Gaara? - dijo suplicante, no quería ir en ese viaje - ¿no puede ir Kankuro por mi?

-No, tú sabes que es importante que estés en la reunión de la alianza, y eres mucho mejor en diplomacia que yo y Kankuro, no se diga más Temari, vamos a ir a Konoha, en dos días, el consejo también opina que debes ser tú quien haga los tratados.

-No sé de qué te quejas, ¿no se supone que Nara debe pagar la cita cuando están en Konoha? - el tono burlón de su hermano de en medio le crispaba los nervios.

-¿Sucede algo con Shikamaru Nara? - preguntó el Kazekage inocentemente, y es que por eso lo amaba, aún estaba aprendiendo sobre los sentimientos ajenos, por tanto no se enteraba de muchas cosas.

-Nada, no sucede nada, déjame en paz Kankuro - dijo saliendo enojada del despacho del kazekage. Se recargó un segundo en la puerta del despacho luego de cerrarla y suspiró, no sabía cómo sentirse, un remolino de emociones la recorrió de la cabeza a los pies, es que ese maldito vago no dejaba que ella conciliara el sueño, y había sido mucho peor desde su última visita, desde entonces se sentía avergonzada de reconocer que su subconsciente había jugado con ella durante sus sueños, en donde se recreaba una y otra vez todo lo que ella hubiese deseado que pasara en aquellas aguas termales.

Los dos días pasaron tan rápidamente que, no se dio cuenta cuando ya estaba saliendo de su aldea camino a Konoha, finalmente Kankuro se les unió como su guardia, aunque no entendía por qué, con ella y Gaara para defenderse era más que suficiente, aunque creía que solo se había unido para mofarse de ella hasta llegar a la otra aldea.

Estarían fuera durante dos semanas, era un periodo bastante largo, Gaara había intentado dejar todo preparado para que no hubiesen percances en su ausencia, y también había dejado un par de advertencias al consejo con respecto al señor feudal, quien seguramente trataría de aprovechar la ausencia del Kazekage para hacer tratados inútiles y con mucho dinero de por medio.

-Ya queda poco - murmuró Gaara cuando vio los campos de entrenamiento de Konoha, donde algunos Genins practicaban para sus exámenes prácticos, aunque a ella no le interesaba mucho, sus pensamientos se veían eclipsados por un hombre extremadamente vago e inteligente, sentía aquel remolino recorrer su cuerpo de nuevo, seguramente sería él quien los estaría esperando en la entrada, y eso no hacía más que darle mucha ansiedad. Estaba tan deseosa de verlo y al mismo tiempo quería tenerlo a 100 metros de distancia.

-¿Nerviosa hermanita? - Kankuro la tenía aún más nerviosa con sus comentarios poco sutiles con respecto a su extraña relación con Shikamaru Nara.

-Ya cállate idiota - sus manos comenzaron a sudar cuando vio la entrada de la aldea cada vez más cerca de ella, sus mejillas están completamente coloradas, ¿con que cara lo vería?, después de todo lo que pasó la última vez. Su mente iba tan eclipsada con todos esos pensamientos, que fue como una patada en el estómago cuando vio que una cabellera de color rosa los esperaba en la entrada.

-Hola muchachos, ¿cómo están? - casi sintió la sangre drenar su rostro - Yo voy a ser su escolta en esta ocasión

-Buenas tardes, Sakura - Gaara la saludó cordialmente a la chica, tenían tanta historia juntos que no eran tan necesarias los formalidades

-Temari-san, te ves muy pálida, ¿todo bien?

-S-si, todo en orden - le dio una pequeña sonrisa, pero más bien se vio como una mueca poco amigable

-Bien, el Hokage dice que no es necesario que vayan de inmediato a su despacho, así que los acompañaré a su hotel para que descansen, luego les avisaré cuando se convoque a una reunión, acompáñenme - siguió a la pelirosa con paso decepcionado, ¿por qué no habrá ido Shikamaru?

La primera vez (Shikatema)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora