¡¡Celos!!

Fiesta.

Naruto y Hinata eran amigos desde la secundaria, ahora están en su último año de preparatoria. Faltan aún algunos meses para que terminen su curso, pero eso no importa, nadie les impedirá seguir yendo a fiestas.

Ahora él que organizó una fiesta fue Sasuke Uchiha, la va a hacer en su gran mansión, ya que sus padres no estarán y él que le dio la idea de hacer una fiesta fue Itachi, su hermano, sólo por una razón.

— En fin, hoy en la noche, ¡fiesta en mi casa! — Sasuke se paró en frente de todo el salón y dio su anuncio.

— Woow, milagro que hayas organizado una fiesta — dijo Naruto dándole unos golpes en la espalda del azabache.

— La organicé por... Por mi hermano — giró sus ojos al recordar el por qué.

— Tu hermano sí es alegre, por eso. Pero... ¿Por qué te dijo que hicieras una fiesta? Él ya va en la universidad, no me digas que también...

— Eso aún no lo sé, creo que él ya ha deber invitado a sus amigos — dijo con la mira hacia los lados buscando a alguien — Y él organizó la fiesta sólo por una sazón y no por la de distraerse, si no por ver a una chica linda que conoció hace un año.

— ¿Eh? ¿¡Y quién es!? — Preguntó también encontrando el punto en el que Sasuke quería ver.

— Es... Ella.

— Naruto, Sasuke, hola — sonrió la ojiperla dulcemente.

— ¿¡Hi-Hinata?! — exclamó Naruto viendo a Sasuke y este asintió.

— Bueno chicos, los veo en la noche — se despidió de Naruto.

— Ah, Hinata, ve muy linda — Sasuke se acercó a ella y le dio un beso muy cerca de la boca.

— ¡Hey! ¡Baka! Estabas apunto de...

« Mierda, pero qué hago, no debo ponerme celoso. Hinata no es nada mío. » Pensó Naruto.

— Naruto~kun, irás, ¿verdad? —Le preguntó la ojiperla sonrojada.

— Ehmm, sí. Por cierto, ¿quisieras ir a la fiesta conmigo? — Decía tímidamente sin mirarla a los ojos.

— ¡Claro! Me encantaría, Na-Naruto — alzó la mirada hacia el y sonrió alegremente, con su rostro rojo —. Pasas a mi casa a las 8:00 de la noche. ¡Nos vemos! — se acercó hasta el rubio y le plantó un beso en la mejilla.

— Sí, adiós, Hinata — dijo tocando su mejilla donde le había besado la chica anteriormente.

A las 7:40 Pm...

Ding, dong.
Ding, dong.

Se oyó tocar la puerta. Hinata aún no estaba lista, le faltaba vestirse, secarse su pelo, peinarse y ponerse un poco de maquillaje. Salió corriendo de su habitación con su toalla puesta. Abrió la puerta de su departamente y...

— ¡Hinata! Lis... — Se quedó callado al verla con toalla, casi desnuda — ¡Oye! Pasa, no quiero que te vean Así...

— ¿¡Na-Naruto?!

Pasó el ojiazul y cerró la puerta a sus espaldas, tomó de los hombros a Hinata y la miró fijamente.

— Hinata, por favor, ve a vestirte, pero cuidado con lo que escojas.

— Lo sé, Naruto — suspiró —. Espérame aquí.

20 min. despues...

Hinata caminó lentamente hasta la sala de estar, donde se encontraba Naruto.

Llevaba un vestido arriba de las rodillas color rojo pasión, era de tirantes y tenia una abertura en la espalda. Su peinado era pelo suelto y se tomo su flequillo con un pasador hacia tras. Sus labios eran rojos muy fuerte y llevaba un poco de máscara para pestañas.

— Te... Te ves preciosa, Hinata — la tomó de la mano y le dio la vuelta. Cuando miró hacia abajo, notó sus zapatos de tacón negros.

— Gra-gracias, Naruto — se sonrojó —. ¿Ya nos vamos?

— Claro, toma mi mano — la ojiperla aceptó y tomó su mano.

En la mansión de los Uchiha..

— Estoy tan feliz — suspira y pone sus manos detrás de la nuca, tambaleándose —. ¡La volvere a ver!

— Sí, sí, ahora ¿me podrías pasar ese adorno de allá? — le pidió enojado a su hermano Itachi.

— Ten, apúrate, no tardarán en llegar.

— Gracias por ayudarme, ¿eh? Que por ti ya terminé — Sasuke se bajó de la escalera donde estaba parado arreglando.

— No hay de qué, hermanito, pero me debes pagar por ayudarte — se acercó hasta él y le dio un golpe en la frente.

— ¡Agh! — Le quitó su mano — ¿Invitaste a tus amigos?

— Claro, no me quedaría con tus amigos, además son muy inmaduros...

— Como tú — murmuró —. Hmp, ok, pensé que estarias con... Hinata.

— Ademas. Me pregunto, ¿cómo vendrá vestida?

— Ella es muy linda, todo le queda bien.

— Lo sé, pero no me la vayas a quitar, ¿eh? — le pasa su brazo por el hombro y lo abraza.

— Ajá, ella no me gusta — bajó la mirada.

— Eres muy orgulloso, lo sabías, ¿verdad? — Al momento de soltar a Sasuke le dio unos golpes. Se oyó el timbre — Al parecer ya han llegado.

Continuará...