Una Vez

PRIMERA PARTE

Hubo una vez cuando ella se enamoró de un chico, él trabajador sin poder estudiar, ya que su situación económica no se lo permitía. Teniendo tan solo 15 años de edad, trabajaba en un viejo supermercado.

Ella, pudiendo estudiar gracias a su madre quien trabajaba mucho para poder darle a su hija una buena vida.

Fue en ese encuentro en ese viejo supermercado con aquel chico, donde ella embobada no podía dejar de volver a ese lugar tan solo para poder verlo.

Su sonrisa resplandecía y brillaban sus ojos cada vez que lo podía ver. Un día él se decidió a invitarla a salir, el único problema que tuvieron, fue que al tener tan solo 14 años y una madre sobreprotectora le sería un poco difícil que aceptara la salida.

Decidida y por el cariño que le tenia al joven, se escapó y así poder tener la cita con él. El chico le endulzó el alma, la llenó de rosas y poemas. Pasado los días, ambos felices, él le pidió que fuera su novia; la chica feliz y enamorada aceptó.

Tuvieron una buena relación y después de años estando juntos, comenzó lo peor. Una noche cualquiera una convulsión la despertó, su madre desesperada la llevó al medico donde le dijeron que nada grave le estaba pasando. Ellas tranquilas volvieron a la casa sin preocuparse de que algo malo ocurriera en el trascurso de la noche.

Días después, en un encuentro de novios, él noto la mano de la novia que comenzaba a temblar, “¿estás bien?” le preguntó el chico, “sí” le siguió ella respondiendo hasta que el temblor se detuvo.

Al llegar a su casa, le cuenta a su madre y al esposo, lo que le ocurrió con el temblor en su mano. La madre despreocupada, solo le responde “no es nada, a lo mejor es una leve  secuela de la convulsión” y así creyéndole a su madre, ella asintió con calma.
Pero estos no se calmaron, siguieron pasando a lo largo de los días, el temblor sigue y sigue aumentando, poniéndose mucho peor; así continúan, llegan los dolores de cabeza  y las convulsiones aun más fuertes que la primera vez.

Ya ha pasado una semana y él preocupado por su novia le pregunta “¿Qué ocurre?” ella solo le dijo que estaba bien, el chico haciendo que le cree llegan a su casa, una pequeña pero algo donde puede vivir.

Ese día, ella se quedaba ahí hasta tarde, así que como no s se podían ver todos los días y habían pasado varios donde no se encontraron, terminaron haciendo el amor, sumergidos en su amor se les olvidó lo más importante.

Días después, madre e hija sentadas frente al doctor, con los exámenes que le hicieron anteriormente en mano. Ella estaba nerviosa y su madre aun más cuando el doctor se quitó las gafas y las miró con atención, soltando un suspiro habló “lamentablemente tienes un tumor apenas perceptible en la cabeza, para eso hay que empezar rápidamente con el tratamiento” ellas tristes no esperaban lo siguiente “Estas embarazada y hay que intervenir porque es muy posible que con un feto de tres meses no lo soportará”.

Ambas lloraban devastadas, su madre le dijo a su hija que debían hacerlo, pero ella envuelta en un mar de lágrimas, se cubrió el estómago y le respondió que no quería matar a su bebé. Salió de ahí, corriendo despavorida al trabajo de su novio, que ahora teniendo 24 años, tenia uno mejor.

Llegó a la prefectura y llorando le dijo a la chica que atendía la entrada que necesitaba ver con mucha urgencia al chico. La recepcionista, al verla tan desesperada, la dejó entrar y murmurando un gracias corrió hacia la oficina de su novio quien al verla entrando como estaba salió a su encuentro con cara de preocupación “¿Qué ocurre?” le preguntó mientras la abrazaba, ella lloraba. Pasado unos minutos le contó lo que pasaba, él solo negaba con la cabeza y le decía que lo que le estaba contando solo era una vil mentira, que lo único que quería era amarrarlo con un hijo, le dijo cuantas sandeces pudo salir de su boca.